viernes, 16 de agosto de 2013

Macabro crimen de joven argentina toma tintes novelescos

Daniel MEROLLA

BUENOS AIRES.- El macabro y enigmático asesinato de una adolescente de 16 años conmociona a la sociedad argentina, con los condimentos de una novela de misterio y de un morboso melodrama en capítulos, comentaron analistas a la AFP.

La Justicia acaba de acusar de homicidio agravado con alevosía al principal sospechoso, Jorge Mangeri, de 45 años, un corpulento encargado de mantenimiento de un edificio en un barrio de clase media de Buenos Aires, pero la atracción por el caso del asesinato de Ángeles Rawson no cede.

"Hay una enorme vocación del público por casos policiales. Pero en éste hay un melodrama en capítulos que la gente consume con avidez", dijo a la AFP el sociólogo Luis Quevedo, graduado en la Universidad de París y director en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Quevedo dijo que "el caso Ángeles tiene componentes como el enigma, la intriga familiar, la secuencia diaria en la revelación de los hechos y el horroroso crimen de una niña con ribetes macabros".

Ángeles Rawson desapareció el 10 de junio cuando salía de la clase de gimnasia de su escuela secundaria y su cadáver apareció al día siguiente desmembrado dentro de una bolsa de residuos en la empresa de reciclaje de la basura.

"Entre los rasgos que hacen particular al caso están la edad y el sexo de la víctima y su condición social", dijo a la AFP el sociólogo Ricardo Rouvier, profesor en universidades públicas y privadas, además de director de una consultora de opinión pública.

Rouvier sostuvo que "el caso revela la factibilidad de que un hecho sorpresivo de naturaleza aberrante es posible que ocurra muy cercanamente a cualquiera".

26 personas a declarar en la medianoche

El espacio del tema en los medios supera cualquier otra cobertura noticiosa, con seis canales de televisión para abonados y cinco de televisión abierta que tratan el tema desde el amanecer hasta la medianoche con datos escabrosos, e inclusos testigos falsos.

Una mujer ha quedado imputada por el delito de falso testimonio luego de mentir a la Justicia que había escuchado una pelea familiar que involucraba a Ángeles.

La denuncia de esa mujer desató un hecho "sin precedentes en la historia judicial argentina, al ordenar el juez evacuar el edificio del crimen una medianoche para llevarse a 26 personas a declarar como testigos", dijo Quevedo.

La cobertura televisiva posterior a la elección del cardenal argentino Jorge Bergoglio como Sumo Pontífice en marzo "llegó a sumar 120 horas, un quinto de lo que ocupa ahora el caso de Ángeles Rawson, que acumuló 594 horas en dos semanas", dijo a la AFP Fernando Fagioli, analista de la consultora Ejes de Comunicación.

Fagioli dijo que "el caso transitó por más de 40 programas, incluso los de política y farándula".

La prensa apuntó primero al entorno de la adolescente, que incluye a su madre y a un hermano fruto de su matrimonio con Franklin Rawson, un ingeniero de una poderosa firma siderúrgica.

En el apartamento de planta baja donde habitaba Ángeles, viven también un hombre, nueva pareja de la madre, y su hijo de un matrimonio anterior.

"La Justicia hizo trascender hechos pese al secreto del sumario, la policía aportó especulaciones y la familia desfiló por los medios. Sin estas complicidades el caso no tendría esta dimensión", señaló Quevedo.

La prisión preventiva e imputación formal contra Mangeri fue dictada tras ser hallado ADN suyo entre las uñas de una mano de Ángeles, quien se habría defendido así de un ataque.

"Un factor que explica el fenómeno es la inclinación morbosa de los seres humanos y otro es la multiplicación mediática. Los medios estimulan la predisposición por lo siniestro", destacó Rouvier.

Quevedo analiza este aspecto al afirmar que "todo el periodismo se ha vuelto amarillo (sensacionalista) y la prensa juega a ser detective", con una opinión pública ávida de detalles íntimos y morbosos.

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