lunes, 23 de noviembre de 2015




Argentina sin Messi, humildad y potencia

Por Daniel Merolla

Cuatro puntos cosechó la Selección en el cierre del calendario 2015 clasificatorio al Mundial de Rusia-2018. El DT Gerardo 'Tata' Martino tambaleaba y hacía equilibrismo en la cuerda floja, sin Lionel Messi, sin Sergio Agüero, sin Javier Pastore, ni Carlos Tevez y unos cuantos más. Más derrotas hubiesen representado un colapso.
Pero en el peor momento aparece la tenacidad y los chispazos de talento del jugador argentino. Parecería ser que le conviene ser punto y no banca. Nunca entrar a la cancha como el favorito. Y asumirlo con un esquema táctico de ¡Tres cincos!. Se lo puede llamar Sabellismo de pura cepa. Brasil le empató 1-1 un partido que Argentina pudo asegurar. Le ganó a Colombia 1-0 en la agobiante Barranquilla y la diferencia pudo ser mayor.
En el Monumental uvo a Brasil contra las cuerdas. Fue un intenso superclásico sudamericano, jugado sin dar ni pedir cuartel en Buenos Aires. Ante 50.000 almas, por la tercera fecha, Ezequiel Lavezzi fue a los 34 minutos quien puso adelante en el tanteador a los argentinos con un tiro cercano a la portería, y Lucas Lima igualó para los brasileños a los 59.
En la ceremonia previa, después de los himnos, hubo un minuto de silencio en homenaje a las decenas de víctimas este viernes en París en ataques terroristas simultáneos.
Sobre la hora fue expulsado el defensa brasileño David Luiz por dos fuertes infracciones consecutivas. Los argentinos dominaron pero sin la puntería para definir ante un rival que le dio dura batalla.
Relegados ambos en la tabla de posiciones, Brasil lleva cosechadas una victoria, un empate y una derrota, en tanto Argentina lleva una derrota y dos empates.
Sin brillar, Neymar volvió con la auriverde tras superar una suspensión por ser expulsado en la Copa América de Chile-2015

Gol clásico -
El gol albiceleste fue una pieza clásica del fútbol de todos los tiempos. El valor de hacer sencillo lo complejo en el ataque. Cumplir con el viejo axioma de que "centro atrás al corazón del área es medio gol".
La génesis fue un arranque del lateral Facundo Roncaglia. Una de las tantas que lanzó el lateral que se tomaba revancha de malos rendimientos. El elástico Ángel Di María, con la camiseta diez de los ausentes Messi o Agúero, abrió espacios con amagues. Le puso un pase de billar a Gonzalo Higuaín, una estocada a espaldas de los defensores.
'Pipita' la dominó, miró y puso el centro perpendicular, milimétrico, rasante, doloroso para cualquier arquero, al botín derecho de Lavezzi quien venía a la carrera y pisaba la raya del área chica. Su derechazo fue a quemarropa.
La anotación le ponía una frutilla a una tendencia dominante del juego. Un Dunga de pura cepa era Brasil con un esquema cerrado, duro, riguroso, aguerrido.
En Argentina se jugaban la vida en cada bloqueo Nicolás Otamendi, Ramiro Funes Mori y Lucas Biglia. En Brasil le ponían pasión y fuego a sus acciones Filipe Luiz, David Luiz, Elías y Gustavo. Pero Ricardo Oliveira lucía demasiado solo como artillero francotirador y Neymar no encendía la chispa de su talento.
Willian quedaba forzado a lanzar sólo pelotazos de larga distancia. Lucas Lima tampoco encontraba un socio. Era más desequilibrante Di María, pese al apagón creativo de Ever Banega.
Pero Argentina mostraba atolondramiento. Intenta correr más rápido que el balón. Al poner la quinta marcha de velocidad, choca, se descontrola y se le oscurece la jugada de ataque. Los centros sin destino fijo terminaban en las tenazas del arquero Allison.

Despierta Brasil -
La desventaja sacó a Brasil del letargo. Salió de su esquema rígido y se adelantó en el campo. Martino gritaba por primera vez, desaforado, desde su 'corralito' cerca del banco, para dar instrucciones de orden y control.
Cuando parecía que los auriverdes desmontaban su planteo de juego pausado para enfriar, Banega los puso al borde del abismo con una escapada que terminó con un zurdazo en el poste derecho.
Lucas Lima y Daniel Alves tomaron el estandarte. A veces tropezaba con otro gladiador, Javier Mascherano. Brasil amenazaba cuando Neymar metía algún zapatazo.
Dunga dejó de especular y mandó a la cancha a Douglas Costa. Fue oportuno. Ahora era Argentina la que levantaba el pie del acelerador del vértigo. Fue Douglas quien rompió la inercia. Metió un cabezazo en el travesaño y en el rebote la mandó al fondo del arco Lucas Lima. La jugada se había engendrado en un exquisito cambio de frente de Neymar.
El empate aplacó el ritmo del juego. Argentina asedió en vano la ciudadela de Allison. Martino buscó oxigenar el manejo en tres cuartos de cancha con Nicolás Gaitán y Erik Lamela. Al menos, su gente los despidió con aplausos.





Macri: Lo imposible fue posible

Por Daniel Merolla

Es el primer hombre de la alta sociedad y la derecha liberal que se consagra presidente en elecciones libres, sin candidatos proscriptos, sin fraude como en la Década Infame y sin Golpe de Estado con dictadura de por medio. No sucedió en un siglo, desde el primer comicio democrático en 1916. Dijo que hicieron "posible lo imposible". Da en la tecla si se considera que lo es vencer al peronismo-kirchnerista, en un país sin crisis.
Es un hombre con buena estrella en la vida. Fue exitoso dirigente de fútbol y alcalde de Buenos Aires. Nunca había sucedido en este país austral que alguien rico de nacimiento y convencido del libre mercado, hijo del dueño de un imperio de negocios, pudiese llegar al poder por los votos.
"Es un día histórico, un cambio de época", dijo el ingeniero de 56 años, nacido en Tandil, en la rica pampa húmeda productora de alimentos, que hizo del lema Cambiemos una forma de política y un nombre para su frente triunfador.
Los únicos ganadores históricos en comicios legítimos habían sido del Partido Justicialista (PJ, peronista) o la Unión Cívica Radical (UCR, socialdemócrata).
Derrotó en balotaje a Daniel Scioli, un peronista de centro y moderado, al que apoyaba la centroizquierdista mandataria saliente Cristina Kirchner. La UCR lo acompañó en su cruzada.
"Estamos ante la primera administración de tipo moderno. Lidera una coalición antiperonista que va a gobernar sin sectores internos que cuestionen la economía de mercado. Es inédito", dijo el politólogo Sergio Berensztein, de la consultora Poliarquía.

  Boca, la primera presidencia -
Se graduó de ingeniero en la Universidad Católica, la más grande entre las privadas. El nivel medio lo cursó en el exclusivo Colegio Cardenal Newman. Estudió en la estadounidense Universidad de Columbia. Nunca ejerció. Fue ejecutivo del Citibank y gerente del holding familiar de construcciones y servicios.
Lo perseguía la sombra de su padre, el italiano nacionalizado argentino Franco Macri, uno de los empresarios más influyentes y astutos. "Mi hijo debía dedicarse a dirigente deportivo y a la política. Iba a ser exitoso", dijo una vez Franco Macri.
Su hijo dejó la empresa y ganó la presidencia de Boca Juniors, el club de fútbol de más hinchas. "Hubiese preferido ser el 9 de Boca", admitió. Este domingo jugó al fútbol entre amigos y encima hizo un gol de tiro libre.
"Lo que pude hacer en Boca me confirmó que tenía la capacidad. Que podía liderar sin depender de él (del padre)", confesó. Bajo su mandato, los 'xeneizes' cumplieron el ciclo más ganador de su historia, con 17 títulos, once de ellos internacionales. Un trampolín para la política.
Convirtió a Boca en el único club en entrar en la Bolsa de Comercio. Aplaudió a rabiar las ventas de empresas públicas que hizo el expresidente peronista de derecha Carlos Menem (1989-99).
El peor momento de su vida fue un secuestro extorsivo en 1991. Una banda de comisarios de la dictadura (1976-83) lo encerró en un sótano dos semanas. La familia pagó seis millones de dólares de rescate.
Macri se casó tres veces y tiene tres hijos de su primer matrimonio. Su actual pareja, con la que tiene una hija de tres años, es la bella empresaria textil Alejandra Awada, de 41 años. La llama su "hechicera" de amor.

- Bastión antiperonista -
Tras la peor crisis económica y política en 2001, al colapsar el modelo de tipo de cambio fijo y endeudamiento sin freno, creció la ola kirchnerista. Macri fundó un partido de derecha.
Pocos creían en él. Era el símbolo de la antipolítica. Lo eligieron diputado y se dormía en su banca. "Si no te dormís por aburrimiento, no sos normal", se defendía. Tenía hasta dificultades de dicción e inexperiencia política.
Pero impuso una voluntad férrea. Ganó las elecciones a alcalde y logró la reelección en Buenos Aires (la capital, bastión histórico antiperonista).
Empezó a ser un rival de temer. Tanto que al final de la campaña del balotaje, Scioli se empeñaba en crear miedo por el origen e ideología derechista de su adversario.
Estuvo involucrado en dos causas judiciales, una por contrabando y otra por crear un grupo de choque contra vagabundos, pero en ambas fue eximido. Sobre él pesa aún otra acusación por espionaje desde la alcaldía.
Estuvo deslumbrado con Carlos Menem, un caudillo peronista que llegó al poder en 1989 con el discurso nacionalista tradicional del partido en favor de los trabajadores y el pueblo, para dar luego un viraje hacia las 'relaciones carnales' con Estados Unidos y las privatizaciones.
Sus frases hacen historia. "El kircherismo es gente mala", "los salarios son un costo" o "el poder es armar equipos". Se comporta como un dirigente del Partido Republicano de Estados Unidos.
En La Bombonera que él remodeló, fundó el Museo de la Pasión Boquense. Enfrente hay otro museo, pero de un antiguo jefe de 'barrabravas' (hinchas violentos), Quique 'El Carnicero', cuyo apodo exime de dar más datos. La Boca es un mundo de casas humildes multicolores y profundos choques culturales.
El gigante de cemento que alberga los partidos acaba de ser declarado por la revista inglesa Fourfourtwo el número uno entre los 100 mejores estadios del mundo, por arquitectura, medio ambiente y sorpresa que causa en los aficionados que lo descubren. De este coloso saltó al poder Mauricio Macri.



viernes, 6 de noviembre de 2015



'Tata' Martino obligado a ganar o quedar en capilla

por Daniel Merolla

Jugar ante Brasil y Colombia sin Lionel Messi ni Sergio Agüero, y para colmo sumar un sólo un punto en la clasificatoria al Mundial de Rusia-2018, fuerza a Gerardo Martino a sacar en Argentina conejos de la galera.
Más que 'Tata' (padre, en criollo) está obligado a ser 'Mago'. A la legión de lesionados que sufre, sin 'La Pulga' del Barcelona y 'El Kun' del Manchester City, se le acaban de sumar los defensas Ezequiel Garay, del ruso Zenit, y Pablo Zabaleta, otro 'Ciudadano' de los celestes ingleses.
"A veces los problemas son tan masivos que dificultan el trabajo", admitió el seleccionador.
La primera carta que sacó de la manga es el regreso de Gonzalo Higuaín. El 'Pipita' del italiano Nápoles estaba en el ostracismo tras fallidos remates y un penal a las nubes en la perdida final con Chile por la Copa América-2015.
Se quedó afuera de la sorpresiva derrota 2-0 ante Ecuador en casa y del melancólico empate sin goles ante Paraguay. Martino quiere en su lugar, como 'nueve' dentro del área, a Carlos Tevez. El 'Apache' es multicampeón en cuanto club aterriza pero en la Selección desentona. No le gusta el puesto que le da el DT.
"Lo malo es la poca cantidad de puntos y lo preocupante, lo que sucedió contra Ecuador", se sinceró el exDT de Barcelona.

- Las barajas -
El torneo recién comienza pero el exitista aficionado argentino ve a la escuadra casi en capilla. Martino escuchó silbidos la noche del triunfo ecuatoriano en el estadio Monumental. Por Agüero, la baraja que juega es Ángel Correa, del Atlético de Madrid. Con su atrevimiento, fue el único que salvó la ropa ante Ecuador.
Otro naipe que apareció en la mano de Martino fue convocar por Zabaleta a Gino Peruzzi, flamante campeón con Boca. Fue el joven que le ganó cuatro duelos personales al brasileño Neymar, dos con Vélez ante Santos en Copa Libertadores-2012 y dos en el Superclásico de las Américas aquel año.
"Se nos hizo muy complicado entrarle a Peruzzi. Es un gran jugador. Ya me había marcado bien cuando jugamos contra Vélez", declaró aquella vez Neymar. El retorno del moreno delantero es una de las apuestas fuertes del DT Dunga para el partido del jueves 12 en el legendario reducto de Núñez.
El dilema de Martino es que el equipo no logra una personalidad de juego, una identidad emparentada con la jerarquía del futbolista albiceleste. Su diseño se basa en poseer el balón y mantener la iniciativa, una buena idea en el pizarrón y casi nada en la cancha.

La guerra -
En todo caso, el entrenador luce dispuesto a morir con las botas puestas. "La idea de juego no se negocia, tenemos herramientas para corregirla de acuerdo a lo que proponga el rival", expresó.
"Hay que tener entereza, valentía, que es lo que tienen estos futbolistas (argentinos) para salir de este tipo de rachas", sostuvo. El equipo no enamora a los hinchas, pero ahora bulle la pasión del clásico. Se agotaron los tickets en las tribunas sin asientos, esas que en Argentina llaman "la popular".
Dunga, de su lado, le pone fuego a las brasas: "Contra Argentina es siempre una guerra, un campeonato aparte. Cada pelota es decisiva".
Brasil está un poco más cómodo luego de vencer a Venezuela 3-1, tras caer frente a Chile 2-0. La Colombia de José Pekerman está en un laberinto parecido al de Argentina. Se resintió de una lesión Falcao en el Chelsea y James aún no está cero kilómetro en Real Madrid. Pero será local en su plaza poderosa de Barranquilla el martes 17.