jueves, 11 de junio de 2020

Confinamiento atenuado en Argentina

por Daniel Merolla


El aislamiento social obligatorio para combatir la pandemia del coronavirus continuará en Argentina hasta el 26 de abril en las grandes ciudades, aunque atenuado en espacios rurales y provinciales, anunció este el viernes el presidente Alberto Fernández.
En Argentina hay 82 muertos y 1.975 contagios por la epidemia de COVID-19, que acumula en el mundo 100.661 muertos y más de 1,6 millones de infectados, según el último recuento de la AFP.
"Las cifras que tenemos comparadas con las de Estados Unidos, Italia, España, Chile y Brasil demuestran que la cuarentena tiene sentido, aunque estamos lejos de la meta", dijo Fernández. en conferencia de prensa en la residencia oficial de Olivos, en la periferia norte.
El aislamiento en Argentina rige desde el 20 de marzo, con el argumento de que "ha dado resultado para bajar la velocidad de contagio, aunque nadie sabe cuándo terminará este martirio", dijo el jefe de Estado. El 27 de abril "se volverá a discutir cómo seguimos", precisó.
Fernández aclaró que "la cuarentena, seguirá exactamente igual en los grandes centros urbanos", entre ellos la ciudad de Buenos Aires, pero aclaró que se estudiarán "propuestas de los gobernadores para una cuarentena administrada  en lugares" fuera de los grandes centros urbanos donde se focalizan las víctimas.
Entre las nuevas actividades permitidas, mencionó la apertura limitada de los bancos y los talleres mecánicos de automotores. Rutinas de ejercicio físico alrededor de la casa de un ciudadano o en sitios rurales serán estudiadas si las proponen gobernadores de provincias.
"El único remedio es quedarse en casa", dijo al explicar que la decisión del gobierno se basa en los consejos del comité de crisis integrado por infectólogos y epidemiólogos.
Desde el comienzo del aislamiento sólo fueron permitidos las aperturas controladas de supermercados y farmacias, con autorización de movimientos sólo a servicios esenciales como seguridad, alimentación y salud.
"El 4 de marzo tuvimos el primer contagio. Si no hubiéramos hecho la cuarentena, ahora tendríamos que tener 45.000 casos y no quiero pensar cuántos muertos", dijo mientras apoyaba su decisión en cuadros estadísticos que señalaba en una pantalla digital.
Dijo también que se estudiará permitir salidas a discapacitados y personas autistas, siempre acompañadas.
Consultado sobre los argentinos varados en el exterior, dijo que "será un reingreso administrado para llevarlos a un lugar de cuarentena".
Hasta ahora han retornado 417.000 argentinos por vía aérea y terrestre.
El gobierno está ejecutando un programa de subsidios, salarios adicionales y préstamos por 550.000 millones de pesos (8.000 millones de dólares al cambio del día) para sostener a una economía que ya estaba en recesión, agravada ahora de manera profunda.


El amor al teatro vence al virus

por Daniel Merolla

publicado en internet por AFP


El amor al teatro en Argentina es más fuerte que el coronavirus y centenares de miles de confinadas personas, cada fin de semana, convierten sus casas en plateas íntimas para ver funciones virtuales.
A veces sus butacas caseras están a miles de kilómetros, en París, Londres, Madrid o Barcelona, tan lejos y tan cerca de las queridas salas teatrales, por ahora tristemente cerradas a causa de un aislamiento obligatorio que atenuó el impacto del COVID-19.

- ¿Es teatro o no? -


"Nos estamos reinventando. El amor al teatro sigue", apunta a la AFP el productor Jon Goransky, en charla telefónica, única posible en el encierro preventivo que abarca al 90% de argentinos.
Con sólo 37 años, Goransky ha producido más de 40 obras en los complejos La Plaza y Metropolitan, bastiones del arte escénico en Buenos Aires.
Más de un millón de espectadores vieron en 'laplazaonline.com.ar' la puesta argentina de "Los vecinos de arriba", del laureado catalán Cesc Gay. "¡Es un número inaudito!", pondera Goransky. Equivale a tres años a sala llena.
"No nos rendimos. ¿Es teatro cuando no hay artistas en vivo? Lo seguro es la gente ávida de consumos culturales", teoriza.
Otros 640.000 amantes teatreros vieron los monólogos de humor de "(+) Canchero" y la comedia dramática '"Filosofía de vida", del mexicano Juan Villoro, protagonizada por el ya fallecido Alfredo Alcón, figura cumbre de las tablas.
"Fue mágico el encuentro en 'El camarín virtual' de Villoro con el director, Javier Daulte", ex director del Teatro Villarroel de Barcelona, comenta el productor.

- Que el fuego no se apague -


"Por primera vez en la historia de la humanidad no hay ningún teatro abierto en el mundo", reflexiona Sebastián Blutrach (50 años), director del teatro El Picadero, instalado en un pintoresco pasaje en la frontera del 'On Corrientes', la avenida luminosa que nunca dormía y ahora luce desolada como un oscuro desierto.
"Vendemos boletos a futuro a gente que quiera volver al teatro cuando pase este desastre", sostiene Blutrach.
Mientras tanto hay vida en redes sociales. "Excelente! Que lindo ver teatro", escribe (IG/@marcelapmaldonado).
En otro posteo se lee: "Muy buena iniciativa para llevar mejor la cuarentena!" (FB/Paola Vales). Y uno original: "Ir al teatro en pijama un domingo a la mañana!" (IG/@verofotosok).
"Que la llama siga viva. Hay que sobrevivir", cuenta a la AFP un francés suelto en Buenos Aires, Maxime Seugé. O no tan suelto, porque es el productor de Timbre 4, legendaria sala del 'Off Corrientes', lejos del centro.
En el teatro fundado por el actor, autor y director Claudio Tolcachir le ganaron otra batalla al maldito coronavirus. "Llevamos 200.00 visualizaciones" en línea en www.timbre4.com, relata con acento parisino Seugé, exanalista financiero de 43 años que entró al mundo del teatro de la mano de quien es su esposa, la actriz argentina Tamara Kiper.
En el centro, a pasos del emblemático Obelisco y la sala lírica del Teatro Colón, el señorial Teatro Nacional Cervantes logró 200.000 visualizaciones de sus obras en un solo fin de semana en el portal de YouTube.
"El teatro es irremplazable. Pero hoy la tecnología nos da esta herramienta. Hasta que volvamos a levantar el telón, será la manera de estar con la gente", promete a la AFP su director, el educador Rubén D'Audia, de 53 años.
Todo la oferta teatral en línea es gratuita. Al final se puede contribuir a la Cruz Roja o 'la gorra' (a voluntad) para sostener las salas pequeñas. Por amor al arte.

Deuda argentina: Guerra de nervios

por Daniel Merolla

publicado en internet por AFP


La guerra de nervios entre Argentina y los acreedores para reestructurar la deuda seguirá sin tregua más allá del viernes, el 'Día D' fijado por el gobierno para que le respondan a propuesta por si o por no.
Nadie cree ya que el 8 de mayo se termine la negociación. La nueva fecha crucial pasó a ser el 22 de mayo, último vencimiento de un bono por 500 millones de dólares, dato clave para que el país entre o no en un default parcial.
No es tan así el mentado "tómelo o déjelo" que planteó el presidente Alberto Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán, cuando dicen: "Esta es la última oferta. Argentina no puede pagar".
"El default no le conviene a nadie", dijo a la AFP Matías Rajnerman, economista de la consultora Ecolatina.
La oferta consiste en que unos 66.000 millones de dólares en bonos bajo legislación extranjera gocen de tres años de gracia y sendas quitas del 62% sobre los intereses (37.900 millones de dólares) y del 5,4% sobre el capital (3.600 millones de dólares).
"Que la Argentina diga que es la última oferta no quiere decir que lo sea, es para negociar", dijo a la AFP Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la privada Universidad de Belgrano.

-Bonistas se pintan la cara -

Grandes acreedores, como el fondo de inversión mundial Black Rock, rechazaron el ofrecimiento y se pintan la cara para una lucha de largo aliento.
"En Wall Street dicen que la oferta no es descabellada y sería una torpeza empujar el default", dijo a la AFP Pablo Tigani, master en Política Internacional, de regreso de Nueva York.
El monto global de la deuda argentina es mucho mayor, del 90% del PIB, con 323.000 millones de dólares a finales de 2019.
Unos 44.000 millones de dólares se adeudan al Fondo Monetario Internacional (FMI). Son parte de los 57.000 millones prestados al gobierno de Mauricio Macri en 2018 para evitar que el default cuando a Argentina se le cerrarron las puertas de la comunidad financiera, por temor a un impago.
¿Cuánto se puede extender la incertidumbre? "No creo que tengamos novedad hasta el 22 de mayo. La situación es tensa. No auguro una solución rápida", dijo a la AFP el analista Carlos Fara, titular de la consultora homónima.
El mayor default de la historia, por 100.000 millones de dólares, lo declaró Argentina en la gran crisis de 2001.
Aquel año se desplomó como un gigante con pies de barro el modelo de convertibilidad que fijó durante 11 años el artilugio de que un peso valía un dólar.
Pero en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015) la economía se levantó. "Los muertos no pagan deudas", era la frase favorita de los Kirchner.
La economía crecía a casi 10% anual y se reestructuró el 93% de la deuda. Los llamados 'fondos buitres', con el 7% restante, litigaron hasta que el gobierno de  Macri les pagó al contado: 11.000 millones de dólares.
Después Macri tomó deuda por otros 100.000 millones y un día de abril hace dos años, el mercado le dijo basta, era demasiado.

- Fernández suma aliados -

¿Cuál es la estrategia de Fernández?. "Si el gobierno llegaba a decir 'ésta es la propuesta y si no les gusta tengo otra', no podría negociar", dijo Rajnerman, al justificar el tono agresivo de Fernández y Guzmán.
Ambos tienen el aliado jamás pensado: el FMI, según el cual la deuda, así como está, es insostenible.
Pero esta semana lograron el consenso de las grandes patronales, la central obrera y los 24 gobernadores, incluso los opositores.
¿Les alcanza? En su visita a Alemania, Fernández se llevó una dulce pregunta de la canciller Angela Merkel: "Por qué en su país los ricos no pagan impuestos?".
Y nació el proyecto de impuesto a las 12.000 grandes fortunas. El gobierno remueve el fondo de la olla. Se arrastran dos años de recesión y este año  el PIB caerá casi 6%, según el FMI.
El futuro es una boca de lobo.Las exportaciones cayeron 40%. Hay parálisis económica por la pandemia del coronavirus.
La clase media está en jaque. "Estoy de acuerdo en negociar una quita de intereses y un periodo de gracia", dijo a la AFP Bruno Söllner, 58 años, empresario quimico.
El Banco Central no da abasto en emitir billetes. Hay que salvar a casi 50% de pobres y ocho millones de personas súbitamente sin ingresos que ahora viven de subsidios.
Mientras tanto, la puja con los acreedores recién está escalando.
dm