jueves, 4 de junio de 2015






Ni una menos, 200.000 más

por Daniel Merolla

Histórica movilización vivió Argentina. El epicentro fue la plaza frente al Congreso que se extiende hasta el monumento al pensador de Rodin. Una multitud conmovedora de más de 200.000 almas reclamó un 'nunca más' a la violencia machista. Más de 1.800 mujeres y niñas han muerto en los últimos años según la Casa del Encuentro.
La composición social de la marcha fue mayoritariamente de clases bajas, obrera y del conurbano. La clase media sumó otro tanto.
El conjunto movilizado fue la contracara de la clase media alta e individualista que produjo la Marcha de los Paraguas en febrero por la muerte del fiscal Nisman.
Mujeres en grupos organizados portaron carteles con intensas consignas. Una marcha así jamás se había visto en el país. Mitines similares habían sido protagonizados por minorías. Más de 400.000 personas se manifestaron en 110 ciudades argentinas. La concentración tuvo un carácter popular, optimista, progresista. Todo lo contrario de las declaraciones machistas y discriminatorias de los Macri, los Del Sel y los Tinelli. Incluso en el lado oscuro estuvieron las preguntas insidiosas y justificatorias de Mirtha Legrand y Susana Giménez en sus programas: ¿Y vos qué hiciste para que te pegaran?.
Debajo de las escalinatas del edificio del Parlamento, una nenita de 3 años y medio junto a la madre estaban solas. Llevaban sendos letreros: "Cero tolerancia a los psicópatas y perversos".  No quisieron hablan, tenían miedo. Sólo Sofía, la niñita, alcanzó a decir su nombre hasta que la madre le pidió silencio.
"La violencia está en todos lados, no te quedes de brazos cruzados y reaccioná", rezaba otro cartel. Gabriela Nicolas, de 55 años, dirigente de comercio dijo: "Esto es por la vida, basta de muertes, basta de agresión"
Maria Elena Cornide, otra dirigiente mercantil, de 36 años, dijo: "Esto es un despertar social. Injusticias también son los salarios más bajos que cobran las mujeres. También las de la maternidad y la mortalidad materna que se sufre aún en el Primer Mundo. La violencia familiar no es el único flagelo que sufre la mujer”.
Felipe Solá, exgobernador de la provincia de Buenos Aires y diputado del peronismo disidente estaba mezclado en la multitud: “Las mujeres más vulnerables a la violencia son las más pobres. Hay una evidente desprotección de las mujeres golpeadas. Hay machismo en la policía y machismo en la policía femenina también. Una mujer hace una denuncia y se tarda hasta tres meses en el trámite judicial. Esto me consta porque fui gobernador. En el plazo de estos tres meses la pueden matar".
"Ni la ropa ni las costumbres pueden justificar el abuso", decía el cartel de la llamada  Marcha de las Putas.
Ilse Fuscoba, de 86 años, una viejita de cabellera blanquísima, pero con firme apostura, se manifestaba en solitario con un cartelito que decía: "La sociedad humana no puede basarse solamente en el modelo masculino patriarcal". Fue ella la primera lesbiana que apareció en la mesa de los almuerzos televisivos de Mirtha Legrand en 1991. Hasta ese momento nadie se atrevía a mostrar a una lesbiana en televisión. Dijo Fuscoba que la conductora "tuvo la valentía" de llevarla a la mesa para que pudiese decir que "hay otras personas con preferencias diferentes".
La multitud se desconcentró en paz. Un hito histórico había sido colocado la noche del miércoles 3 de junio frente a uno de los edificios emblemáticos de la democracia.



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