martes, 23 de junio de 2015






¿Gardel pieza de museo?

por Daniel Merolla


La mejor voz tanguera de todos los tiempos está quedando refugiada en los archivos. Vive en los libros de Historia y los roperos dentro de cajas con fotos en blanco y negro. O en el mejor de los casos coloreadas en tonos pastel como en los años 20. La implacable extinción biológica de los gardelianos lo está dejando como pieza de museo. Ocurre así desde hace décadas, pero ahora el punto de quiebre con nuevas generaciones es cada vez más profundo.
Frases que eran muy populares como "¡sos Gardel!" para elogiar o "¡Andá a cantarle a Gardel!" para despreciar, cayeron en desuso. Los jóvenes conocen poco y nada del 'zorzal criollo'.
A 80 años de la muerte en accidente de aviación del más celebre cantante y compositor de tangos, decenas de veinteañeros responden que sólo oyeron ese nombre alguna vez, en el mejor de los casos.
Decir Carlos Gardel significa para ellos entrar en el túnel del tiempo o los recuerdos atesorados por padres y abuelos. Célebres tangos como 'El día que me quieras' o 'Mi Buenos Aires querido' pasaron a ser piezas tan clásicas como una sinfonía de Beethoven.
"Alguna vez usé esa expresión ¡Sos Gardel!. Sé que era un cantante, pero a fondo no sé nada. Ni lo escucho. A mi mamá le gusta. Prefiero el rock de los años 80", asegura Josefina Pravano (23 años), estudiante de Medicina, en una fría mañana del invierno austral.
La mayoría confiesa que nunca usó un argot gardeliano. Ni siquiera le baja un tema en internet o se compra un disco del 'Morocho del Abasto' (por el barrio en que vivió).
"No uso frases gardelianas. Tampoco discos. Mi papá sí. Yo tocó la batería y y escucho música clásica. Pero a ninguno de mis amigos le gusta el tango y menos Gardel", afirma Pablo Rodríguez (24), músico de rock y empleado de la Universidad de Buenos Aires.
Un grupo de jóvenes que conversa animadamente en la vereda de una avenida céntrica se sorprende con la pregunta pero no tienen vergüenza en admitir ignorancia. "¡Ah! mi abuela si sabe de eso, yo no tengo idea", sostiene Paula Muñoz (21). "Ni yo", dice divertida su amiga, Lucía Canevari (21).

Perlitas gardelianas -
Al azar, aparecen 'perlitas' gardelianas. Martín Grinspun (19) estudia bandoneón, instrumento tanguero si los hay y ama las letras de las canciones que Gardel componía con Alfredo Le Pera.
"Me gustan la voz de Gardel y los tangos de Discepolín (poeta y compositor de los años 40). Pero sé que ahora son raros, arcaicos para los chicos. Es el Buenos Aires antiguo", reflexiona Grinspun.
Yamila Morales (27), ama de casa y madre de dos niños, sostiene que "Gardel significa calle, barrio, amor, frustración, bronca, melancolía. La vida es un tango y decir tango es decir Gardel".
Suena en recitales la banda de rock los Gardelitos. Pasan tangos de 'El Mudo' (otro apodo). Los adolescentes saltan y se empujan en lo que se llama 'pogo', en español y en francés. Adrenalina pura.
El grupo roquero canta: "La sonrisa de Gardel/ilumina la ciudad/la ciudad que alguna vez era totalmente de él".
Nathalie Goldstejn (20), estudiante de maestra de kinder, sabe que "Gardel fue un ícono en la historia de la música". Pero enseguida aclara: "No lo escucho hoy en día, ni las personas que me rodean, familiares o amigos".

No habrá más penas ni olvido -
Ese legendario verso del tango 'Mi Buenos Aires querido' es un diamante de la poesía popular. Hoy se pierde en la bruma del tiempo.
"Sé quién es. Más o menos. Pero escucho rock nacional progresivo, jazz y bossa nova. Me gustan el rock de Divididos y Los Redondos", dice a tono con otros testimonios la estudiante Pilar Balcarce (19).
Javier Torres (29), empleado, ironiza que jamás usaría el "¡Andá a cantarle a Gardel!" porque no se considera "tan educado". Sería más agresivo. "Mi abuela escucha a Gardel, yo no", señala.
Un estudiante peruano en Buenos Aires, Rodrigo Porras (27), dijo saber que Gardel "es un referente de la música". Pero aclara que "nunca" lo escuchó. "Me gusta el rock alternativo, la música electrónica, la cumbia o el tango de Astor Piazzolla", comenta.
"No lo conozco. No recuerdo haberlo escuchado. Me gusta la salsa, la bachata, la música latina", afirma Yoselín Ramos (23).
En la puerta de la Facultad de Ciencias Económicas, un grupo formado por Yohana Ponce (19), Abril Blanc (19), César Agüero (28), Bárbara Chavskosky (20) y Nicolás Tedesco (20) dicen a coro: "No lo escuchamos".
"A veces lo ponen en un taxi, en un bar o donde hay personas mayores", menciona Agüero.
Tal vez les cabe lo que dijo una vez el compositor y pianista de tango Osvaldo Pugliese: ¿No les gusta el tango?. Los espero cuando cumplan los 30".

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