Oposición peronista le advierte al FMI lo que la entidad sabe mejor que nadie
por Daniel Merolla
El pase de Christine Lagarde de la dirección del FMI al banco europeo parece una prudente salida del escenario. La entidad le concedió al gobierno argentino de Mauricio Macri el mayor préstamo de la historia por 57.000 millones de dólares. Lagarde firmó el crédito stand by y desde el principio se deshizo en elogios para una administración cuyo rumbo parece encajar en los postulados ideológicos del Fondo Monetario. Es una simpatía que Macri se atrevió a calificar de romance cuando los dólares empezaron a fluir hacia Argentina.
La tolerencia de Lagarde llegó a aceptar una reformulación del contrato con aumento del monto prestado y concesiones de todo tipo, hasta la de aceptar que el dinero se use para controlar el tipo de cambio. La venta de billetes verdes provoca fuga de capitales y dicho artilugio está claramente prohibido por el estatuto del FMI. Se presta para que se pague deuda no para alimentar la fiesta financiera de los especuladores. Pero la empatía con Macri todo lo puede. El problema es que el tiempo de la lluvia de dólares se acaba. Los técnicos del Fondo lo saben mejor que nadie.
Los desembolsos periódicos son el respirador artificial que permitió a Macri evitar una declaración de 'default' en mayo de 2018. Pero los fondos se agotan y llegará la hora de repagar la cuenta de semejante salvavidas financiero. Entre 2020 y 2021, Argentina tiene que empezar a pensar cómo resolver la salida de un laberinto parecido a una pesadilla.
Macri guarda silencio, pero los dos principales candidatos presidenciales opositores le han expresado al FMI la
necesidad de reformular los términos del multimillonario préstamo otorgado al
país a cambio de un severo plan de ajuste.
"Le transmití al FMI nuestra disposición a reformular
los acuerdos sin exigirle más esfuerzos a nuestro pueblo. La Argentina vive
hace tiempo en un 'default' encubierto", dijo en un comunicado el
candidato Alberto Fernández.
Fernández es un liberal progresista del peronismo que
encabeza una fórmula en compañía de la expresidenta Cristina Kirchner
(peronista de centroizquierda).
La reunión fue celebrada en Buenos Aires con Alejandro
Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, y Trevor
Alleyne, el representante residente.
En otra declaración de prensa, el FMI expresó que tuvo con
Fernández "una reunión productiva" y la consideró "una
oportunidad para intercambiar opiniones sobre las perspectivas económicas
actuales de la Argentina y conocer más sobre sus prioridades de política
económica".
Los hombres del FMI se reunieron también con otro aspirante
peronista, el liberal centrista Roberto Lavagna, quien dijo en las redes
sociales que su eventual gobierno "renegociará los plazos del 'stand by'
porque, así como están, ahogan por muchos años la esperanza de crecimiento de
los argentinos ¡Ellos y el gobierno lo saben!".
Fernández afirmó que Macri "no cumplió con el propósito
de reducir la deuda y la inflación, recuperar el crecimiento, generar empleo y
combatir la pobreza".
- Recesión, pobreza, desempleo -
Argentina está recibiendo del FMI la mayor ayuda financiera
de la historia en un plan a tres años, Macri buscará su reelección en la votación del 27 de octubre. Los
sondeos marcan que su mayor adversario es Fernández, en un escenario
polarizado, en tanto que el tercero en discordia es Lavagna.
Antes de salir de escena, Lagarde apoyó las reformas fiscales emprendidas por el gobierno de Argentina durante una
reunión con Macri al margen de la cumbre del G20 que se
celebra en Osaka, Japón.
"Reiteré el apoyo del Fondo al programa de
estabilización económica de Argentina y los continuos esfuerzos de políticas
para abordar las vulnerabilidades económicas, incluida la reducción de los desequilibrios
fiscal y de cuenta corriente del país, y el combate decisivo de la
inflación", informó en un comunicado Lagarde. Un tiempo después, dejó el puesto.
Se sabe que detrás de las decisiones de Lagarde estuvo la luz verde del gobierno estadounidense de Donald Trump, que cuidó a uno de sus socios latinoamericanos favoritos. El dilema es que la renegociación será dolorosa y será el momento de dar explicaciones.
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