domingo, 9 de agosto de 2015




La era Scioli golpea las puertas del poder en Argentina

por Daniel Merolla

Sin los resultados finales de las primarias a la vista, los sondeos arrojan un resultado que pone a Daniel Scioli en el umbral de un nuevo liderazgo. Los argentinos votan en lo que se convierte, de nuevo y de hecho, en una primera vuelta o simulacro de las presidenciales del 25 de octubre que consagrarán al sucesor de la mandataria Cristina Kirchner.
En un caso sin parangón y por segunda vez en la historia tras la experiencia de 2011, Argentina definirá en las urnas a los candidatos del oficialismo y la oposición con el padrón completo de 32 millones de electores.
"Es un gran sondeo electoral, que a su vez funciona como primera vuelta. Establece tendencias ya que la mayoría votará lo mismo en primera vuelta", dijo en una declaración publicada en internet por la agencia AFP el sociólogo y encuestador Ricardo Rouvier.
Luce raro que el kirchnerismo, en un fin de ciclo tras 12 años en el poder, tenga elegido al postulante, Daniel Scioli. No compite contra nadie en la interna nacional. Es un excampeón mundial de motonaútica de 58 años y gobernador de la provincia de Buenos Aires (primer distrito, casi el 40% del padrón) y bastión histórico del peronismo.
"Las primarias son indicativas de la fuerza electoral de cada alianza. Es de hecho la primera vuelta y un gran sondeo electoral orientativo para la población", coincidió Carlos Fara, director de la consultora homónima.
Todas las encuestas otorgan a Scioli ventaja en intención de voto, con un promedio de 37%. Su gran rival, con 29%, es Mauricio Macri, un conservador de pura cepa de 56 años, miembro de un grupo empresario familiar y alcalde de la capital (cuarto distrito).
Kirchner, peronista de centroizquierda y confrontativa, no puede aspirar a un tercer mandato tras ser reelegida en 2011. Apoya a Scioli, moderado y dialoguista.
"Voy a hacer las cosas a mi manera y a cambiar lo que haga falta", anticipó Scioli en su discurso de cierre de campaña, sin Kirchner y rodeado de peronistas ortodoxos. El peronismo pregona un Estado fuerte, el industrialismo y el subsidio social.

- Conservador y popular -
Macri sí tendrá adversarios internos, el senador Ernesto Sanz y la diputada Elisa Carrió. Ambos figuran muy lejos en las mediciones. "Somos el cambio", afirma el alcalde, adepto a las políticas ultraliberales del expresidente Carlos Menem (1989-99) y su ministro de Economía, Domingo Cavallo.
Pero de pronto modificó su mensaje y reivindicó políticas sociales del kirchnerismo, tras un ajustado triunfo en los recientes comicios capitalinos. "Es un error que le ha dado al oficialismo oportunidad de criticar su falta de coherencia y generado confusión en sus votantes", dijo en un análisis el politólogo Rosendo Fraga, de la firma Nueva Mayoría.
Aún así, es la primera vez en la historia argentina que un político conservador puede ganar la presidencia por vía del voto y no por uno de los tantos golpes de Estado cívicos-militares que azotaron al país.
"Si Macri queda a 5 puntos o menos de Scioli, puede hacer creíble que compita con éxito", dijo Fraga.
En los sondeos reapareció el tercero en discordia, Sergio Massa, diputado y exjefe de Gabinete de Kirchner, peronista de centroderecha: bajaba a 10% y ahora ronda el 20%.
Massa también tendrá adversario interno, el gobernador de Córdoba (segundo distrito), José de la Sota, otro peronista ortodoxo. Los estudios dan ganador al diputado.


Dudas económicas -
Gane o pierda el oficialismo se percibe un cambio de época. La economía oscila entre el estancamiento y un crecimiento raquítico. La desocupación no se agravó (7,1%) y el consumo repunta. Pero la inflación es mayor al 20%.
"Es indudable que más 'amigo' de los mercados es Macri, y más amigo del Estado es Scioli. Pero ambos coinciden en la necesidad de inversión", comentó Rouvier. "Si ganara Scioli, convocará a acuerdos socioeconómicos", evaluó.
Argentina, gran proveedor mundial de alimentos, sufre por caída de exportaciones. Baja el precio de la soja y el comercio con Brasil. Hay viento en contra y las clases pudientes se vuelcan a comprar dólares.
Scioli defendió de Kirchner sus políticas asistenciales, con estatización de fondos jubilatorios, Aerolíneas Argentinas y la petrolera YPF. Desde el gobierno de su fallecido marido, Néstor Kirchner (2003-2007), el país crecía al 8% anual.
Pero hoy son una amenaza los juicios en Nueva York de los 'fondos buitres' (especulativos), rebeldes del canje de la deuda acordado tras el 'default' de 2001.
"En un eventual gobierno de Scioli posiblemente se buscará un arreglo con los 'holdouts' (buitres), se solucionará el 'cepo cambiario' (ventas limitadas de dólares) y se atenuarán impuestos a las exportaciones", dijo Luis Costa, director de la consultora IPSOS-Mora y Araujo.
Otra Argentina comienza a perfilarse.

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