Adiós y gracias, Cipe

por Daniel Merolla

A los 85 años, en la ciudad que un día tuvo que dejar amenazada por los escuadrones de la muerte, murió Cipe Lincovsky. En la memoria quedarán tantas películas, tantas veces arriba del escenario teatral, algo de televisión. Tal vez, más que nada en su carrera estará en el bronce de la laureada actriz argentina su interpretación en un rol de femenino de la obra "Nijinsky, clown de Dios", joya creada por Maurice Béjart.
Su nombre seguirá asociado por siempre al poema que se le atribuye a Bertold Brecht. Versos imborrables contra la indiferencia, el odio a lo distinto, contra la incomprensión de que el hombre es un ser social. Son aquellas frases que hablan de que "priimero se llevaron a los judíos, pero a ni no me importó, porque yo no lo soy". Y así de seguido con otros pueblos, otras ideas políticas. "Ahora me llevan a mí, pero es demasiado tarde", finalizan. Una oda contra el terrorismo estatal y la intolerencia.
En 1990, la intérprete fue premiada en un festival en Moscú por su papel en la obra que el bailarín y coreógrafo nacido en Francia, pero de notable producción en Bélgica, su patria adoptiva, le dedicó a Vaslav Nijinsky (1889-1950), el bailarín ruso considerado una figura revolucionaria en la historia de la danza.
Amenazada de muerte por la organización ultraderechista argentina Triple A en 1975, Lincovsky sufrió el exilio. Así, tuvo una exitosa carrera en escenarios de España, Venezuela, Alemania y Francia. Más tarde, la gira con "Nijinsky..." la llevó por teatros de Europa y Japón.
En 1998 su espectáculo "Cipe dice Brecht", recibió en Israel el Premio Habima al Mejor Unipersonal. En 1999-2000 cumplió otra gira internacional con "Che, Quijote bandoneón", también de Béjart.
En Venezuela fue premiada con el "Andrés Bello" por su contribución a la cultura latinoamericana. Tuvo un papel en "La tregua", de Sergio Renán, la primera película argentina nominada para un Oscar de la Academia de Hollywood en 1974. Actuó en otros 21 filmes.
En 1992 obtuvo el premio "Juana Sujo" en el Festival Internacional de Caracas, por la obra "Siempre Vuelvo". Otros lauros fueron el Premio Impacto Dramático a la mejor actriz (Berlín Occidental, 1959) y mejor intérprete en el Festival de Cine de San Sebastián (1988).