domingo, 21 de diciembre de 2014


Bolivia en las puertas del Mercosur. Evo Morales juega el fútbol y se rodea de gente fuera del círculo de hierro de la Cumbre del Mercosur


Por Daniel Merolla

Paraná, Argentina

Bolivia golpea las puertas del Mercosur en la reunión del bloque en Argentina y su presidente, Evo Morales, se mezcla con la gente, juega al fútbol y recibe un doctorado, en contraste con el marco de una cumbre amurallada detrás de helicópteros, lanchas guardacostas y 5.000 policías.

Morales fue el primer presidente en pisar este martes tierra en la ciudad de Paraná (centro de Argentina), en la víspera de la cumbre de presidentes del bloque.

"Debemos ampliar nuestro mercado regional para no depender totalmente del mercado mundial", dijo Morales, ataviado con su clásica chaqueta indígena, en una plaza del centro de la ciudad y rodeado por más de 500 curiosos que se acercaron sorprendidos al verlo.

Golpeará a su país, como al resto de la región, el terremoto mundial por la caída en los precios del petróleo. Pero Bolivia no está sacudida al menos en estos días por conflictos o inestabilidad política o económica.

En Argentina hay un fin de época por la retirada del kirchnerismo del gobierno y en Brasil un vendaval por el escándalo de corrupción en Petrobras.

 

 

- Economía teñida de negro -

 

 

El sismo del crudo, que por estas horas se ensaña con el rublo de Rusia, provoca tsunamis de recesión, devaluación de las monedas y baja en los precios de productos primarios, fuente de divisas de naciones emergentes.

En este contexto, el bloque regional tambalea por diferencias comerciales internas y un viento de cambios políticos que sopla en el cono sur.

¿Qué otro tema que el de la crisis del oro negro puede ser más caliente para abordarlo el miércoles en la cumbre de gobernantes de Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela y Paraguay?

Los jefes de Estado y sus ministros tratarán de enfilar por otra vía, como la integración de Bolivia. Faltará después la aprobación de los congresos.

"Sigo convencido de que la Unasur y el Mercosur deben ser una zona de integración económica", afirmó Morales al ratificar su intención de llevar al país andino al seno del bloque regional.

Tras sus declaraciones, el mandatario boliviano se iba a jugar al fútbol al club Olimpia con el gobernador de la provincia de Entre Ríos (Paraná es la capital), Sergio Urribarri, un presidenciable que tiene un hijo que juega en River Plate. 

Mientras tanto los cancilleres deliberaron en la Escuela del Centenario, una antigua institución educativa.

 

 

- Bandera indigenista -

 

 

Morales recibirá el martes en el Teatro 3 de Febrero un título 'honoris causa' de la Universidad local por su tarea en favor de la identidad latinoamericana.

Afuera del recinto, centenares de paranaenses cantaban y bailaban en una de las tantas plazas de esta ciudad arbolada de cabo a rabo con ceibos, sauces, pinos y paraísos.

Esa gente, que no puede ni acercarse al círculo de hierro de la Cumbre, vivía otro mundo al construir una gran whipala de 49 metros cuadrados, la bandera multicolor que identifica a los pueblos originarios.

"Somos la América que se extiende de Alaska a Tierra del Fuego", dijo en la plaza Juan García Espino, líder de la cultura quechua-aymara (Bolivia, Perú, norte argentino). A su alrededor, los militantes pintaban leyendas ambientalistas por "un agua limpia" o "basta de fumigar la tierra" destinada a la agricultura.

Es un hecho casi desconocido en el mundo que Paraná fue capital de la argentina. La única capital durante siete años fuera de Buenos Aires en más de dos siglos.

El autoritario centralismo porteño hizo de las suyas en aquel entonces y la provincia de Buenos Aires se separó de la Confederación Argentina, que no le importó y consagró la primera Constitución inspirada en la de Estados Unidos. 

En 1862, por la fuerza, la capital y el poder, volvieron a Buenos Aires.

"Tenemos tantos recursos naturales, amazonia, aguadulce, somos esperanza no solo para latinoamericanos sino para todo el mundo", dijo Morales.

 

 

- Mercosur: Ser o no ser -

 

 

Por el momento, el presente luce sombrío, con el barril de petróleo a 54 dólares, las arcas fiscales de los gobiernos exhaustas o la inflación desbordante en Argentina y Venezuela.

En una visita relámpago, la presidenta Dilma Rousseff pasará el miércoles a tomar el mando del Mercosur, transferido por la argentina Cristina Kirchner.

Volverán a escucharse en la Cumbre las quejas de Uruguay y Paraguay para que el bloque permita abrir acuerdos con otras naciones o regiones.

El intercambio de mercancías en el bloque no para de caer y las medidas de ajuste y devaluación en Brasil, anticipan menos exportaciones para los socios, que bajaron del 16% al 13% entre 2010 y 2014, según estadísticas oficiales.

Los presidentes se verán las caras en un edificio llamado La Vieja Usina, una antigua central eléctrica reciclada como centro cultural. En un escenario de obras teatrales, los mandatarios podrán recitar un shakespereano "ser o no ser" del Mercosur.

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