miércoles, 11 de diciembre de 2013


Después de la violencia con la complicidad de los uniformados


Una deuda de la democracia: la democratización policial


por Daniel Merolla


 La violencia arraigada en Argentina y la falta de democratización en las fuerzas de seguridad fueron caldo de cultivo del motín de policías y la ola de saqueos de los últimos días, que han dejado al menos nueve muertos y decenas de heridos.   
   Al encabezar los actos y el festival popular por los 30 años de democracia ininterrumpida en el país, la presidenta Cristina Kirchner dijo que así como "se logró la incorporación de las fuerzas armadas al proceso democrático, hay que hacer lo mismo con las policías provinciales. Los saqueos fueron planificados".
   Tres décadas después de la dictadura, con 370 jefes y oficiales condenados por crímenes de lesa humanidad, los militares permanecen en calma en sus cuarteles, pero la policía no ha sido reformada.
   Ciudades de varias provincias se convirtieron en tierra de nadie durante una semana de pánico para millones de pobladores, que incluso se armaron con rifles, palos y hachas para defender sus viviendas y comercios ante la ausencia de los policías amotinados y en huelga en demanda de mejores salarios.
   Anteriormente los pillajes "estuvieron vinculados a las grandes crisis económicas (1989 y 2001), pero actualmente tienen lugar en grandes ciudades vinculados a tensiones sociales, avances del narcotráfico y el crimen organizado", dijo a la AFP el politólogo Rosendo Fraga, de la consultora Nueva Mayoría.
   A diferencia de los saqueos por hambre y manifestaciones populares por la crisis económica de 2001, la tensión -que tendía a ceder este miércoles- la iniciaron grupos organizados desde las redes sociales y movilizados en camionetas y motos, según denuncias oficiales.
   "De manera concomitante con manifestaciones policiales, se produjeron atentados colectivos contra la propiedad", según un documento de la Procuraduría.
   Los disturbios estallaron en Córdoba (centro), la segunda provincia con mayor población, y se propagaron como reguero de pólvora a 20 de los 24 distritos del país.
   "Los saqueos en Córdoba tuvieron la misma génesis que hace cuatro años en Chile durante el terremoto y antes en Luisiana (EEUU) con motivo de las inundaciones" tras el paso del huracán Katrina, agregó Fraga.
   En los últimos tiempos, el fin de año trajo un clima de agitación social en Argentina, con robos a tiendas e incluso ocupaciones violentas y masivas de tierras de los llamados "sin techo".
   "No reclaman trabajo ni inclusión social, quieren respuestas inmediatas, que les aumenten los subsidios sociales y lo hacen de manera extorsiva", dijo a la AFP Enrique Zuleta Puceiro, profesor de Derecho y Sociología en la Universidad de Buenos Aires.
   Las policías provinciales suman unos 200.000 efectivos, en tanto la fuerza Federal, que no se plegó al motín, orilla los 44.000, pero el gobierno tuvo que echar mano a unos 34.000 policías militarizados de Gendarmería para restablecer el orden.
   "Una de las grandes deudas de la democracia es la democratización de las fuerzas policiales. Tienen vínculos con el crimen organizado y capacidad para graduar la intensidad de la violencia urbana", dijo el investigador Ricardo Ragendorfer.
   Autor del libro 'La secta del gatillo', Ragendorfer dijo que "la fuerza policial debe depender del poder político y no manejarse como un autogobierno".
   El investigador recordó que en Córdoba el motín se produjo luego del descabezamiento de la cúpula policial por lazos con el narcotráfico y que el mensaje de los rebeldes fue: "No se metan con nosotros, no metan presos a nuestros jefes".
   "Es recurrente el tema del aumento de la violencia en Argentina. Hace 20 años era el recuerdo del terrorismo de Estado. Ahora estamos discutiendo si las hinchadas pueden ver los partidos de fútbol o cómo se comporta la policía a la entrada de un festival de rock o la nueva violencia del narcotráfico", dijo la socióloga y escritora Beatriz Sarlo.
   "Estamos ante un nuevo problema que no tiene que ver con el hambre y la subsistencia sino con la desintegración social", dijo por su lado el politólogo y experto en asistencia social Daniel Arroyo.
   Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, fueron atacados en una semana 1.900 comercios, y se registraron pérdidas por al menos 100 millones de dólares.
   En Argentina, unos 3,5 millones de personas reciben un subsidio mensual de unos 80 dólares para combatir la pobreza.
   dm

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