miércoles, 20 de noviembre de 2013

vinicius


   Los duendes de Vinicius sueltos en Argentina

   Por Daniel Merolla

 El espíritu de Vinicius de Moraes, leyenda de la poesía y la música popular brasileña, sobrevuela Buenos Aires en una muestra de fotos íntimas, con Pablo Neruda, Pelé, Orson Welles y tantos otros, en homenaje al centenario de su natalicio.
   Los acordes de la célebre "Garota de Ipanema", uno de los himnos de la canción latinoamericana con letra de Vinicius y música del legendario Tom Jobim, envuelven con sus cálidos sonidos una sala de un centro cultural en el barrio Recoleta, frente a la Plaza Francia y al lado de la exquisita arquitectura colonial de la Iglesia del Pilar.
   El tributo es una obra ensamblada a cuatro manos por dos mujeres argentinas, la laureada artista plástica, diseñadora y vestuarista Renata Schussheim, y quien fue una de las parejas de Vinicius, la comunicadora social Marta Rodríguez Santamaría.
   "Tardamos más de un año en armar este espectáculo, con una onda festiva, como le gustaría a él", comenta Schussheim, cuyas óleos y dibujos fueron expuestos en Latinoamérica, España, Italia, Francia y Estados Unidos.
   La exposición consta de fotos ampliadas, algunas de ellas gigantografías, instalaciones de video y documentales dedicados al autor de "Insensatez", "A felicidade", "Berimbau" (en colaboración con Baden Powell) y "Tarde em Itapoa" en sociedad con Toquinho, otro de sus grandes compañeros de ruta.
   En uno de los paneles se ve al poeta, que llegó a ser diplomático brasileño en Estados Unidos, Francia y Uruguay, abrazado con "La Perla Negra", apodo del astro futbolístico Edson Arantes Do Nascimento, y otros jugadores.
   "Pelé vino a jugar a Argentina y Vinicius lo invitó a su show en el Teatro Ópera. Fue todo el equipo. Los hicieron entrar por las bambalinas y la sala se vino abajo de la ovación", relata Santamaría, quien estuvo tres años en pareja con el artista y aportó el 70% de las imágenes de su colección personal.
                          Río en Buenos Aires
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   La sala, una de las más grandes del país con 600 m2, se llama Cronopios, en evocación de los personajes de una novela del celebrado escritor argentino Julio Cortázar, quien también solía cartearse con Vinicius, y en el fondo, detrás de un panel, se oculta uno de los momentos vibrantes de la recorrida.
   Delante de los ojos del espectador se abre, como en un sueño, una gigantesca pantalla con proyección digital de las arenas y el rumor del mar en la playa de Ipanema en Río de Janeiro.
   Schussheim y Santamaría posan como si estuvieran en el famoso barrio carioca, mientras a un costado se ve otra pantalla de gran tamaño donde baila otra leyenda latinoamericana, Carmen Miranda, en el fragmento de una de sus películas en Hollywood.
   "¡Esto es tener a Río de Janeiro en Buenos Aires!", se entusiasma Schussheim, cuyas creaciones escénicas pudieron verse en puestas teatrales en Sudamérica, Madrid, Múnich, París, Nápoles, Turín y Ginebra.
   El duende de Vinicius parece moverse en el aire al compás de sus composiciones de la melancólica y exquisita 'bossa nova', el movimiento musical que impulsó junto con Jobim y Joao Gilberto.
   "Una vez Vinicius buscaba quien le musicalizara Orfeu de Conceicao (llevada luego al cine como "Orfeo Negro" por Marcel Camus) y un amigo le presentó en un bar al joven Jobim", recuerda Santamaría.
   Vinicius le dijo que estaba "armando una pieza" importante y necesitaba un compositor. "Jobim le contestó que sí, pero enseguida preguntó: ¿Cuánto 'dineriño' hay? Fue directo al grano", evoca riéndose Santamaría porque el músico estaba casado, con hijos y le iba bien, pero no recaudaba.
   En otro panel, Vinicius está fotografiado con las dos grandes figuras históricas de las letras chilenas, en una con la poetisa Gabriela Mistral y en otra con Pablo Neruda, ambos premios ganadores del Nobel de Literatura.
   La muestra cierra con una frase en la pared del brasileño que Schussheim considera simbólica de su espíritu "descontracturado, como la muestra: "La cosa más divina de este mundo es vivir cada momento como nunca más".
   "Ojalá podamos llevar la exposición a Brasil", remata la artista.
  

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