martes, 25 de febrero de 2020


La muerte de Mario Bunge, a la edad de 100 años, en su residencia de Canadá.

Una mente brillante corrida de Argentina a fuerza de golpes

por Daniel Merolla


Centenares de eminentes profesores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y otras altas casas de estudio del país hicieron las valijas y marcharon al exilio corridos por las persecuciones y la ignorancia subida al poder. Un caso patético fue la Noche de los Bastones Largos.
Docentes fueron víctimas de un ataque brutal de la recién instalada dictadura del general Juan Carlos Onganía en 1966. La guardia de infantería entró a las facultades repartiendo golpes a diestra y siniestra.
Onganía y sus generales  adeptos al Opus Dei consideraban subversivo todo pensamiento crítico, toda ciencia que intentara llegar a una verdad que no sea la fundada en creencias místicas o en las pseudociencias.
Acaba de morir  Mario Bunge, una de aquellas mentes brillantes surgidas la época de oro de la UBA y otras casas de altos estudios. Otras celebridades del mundo científico espantados por la ola de brutalidad fueron el químico César Milstein (Premio Nobel de Medicina) y el físico y epistemólogo Rolando Garcia (creador del CONICET), entre tantos.
El país no supo retener a Bunge a comienzos de la década de los años 60. Aparecía en el firmamento político el gobierno del radical Arturo Illía tras el golpe de Estado que derrocó al presidente Arturo Frondizi, pero la inestabilidad y "el derecho de las bestias", como dijo alguna vez Juan Perón, iniciaba un periplo histórico que tendría su apogeo con la dictadura del general Jorge Videla y sus comandantes en 1976.
El profesor Bunge era una de aquellas eminencias argentinas de la filosofía, la epistemología y las ciencias exactas. Falleció en la ciudad canadiense de Montreal, donde residía con su esposa.
El epistemólogo, un polemista nato, había dedicado gran parte de su vida profesional a la docencia y a combatir las pseudociencias. Autor de más de 70 libros, fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades, en 1982.
"Es más fácil seguir a quien dice que no existe la verdad que seguir a quien busca la verdad", dijo en una entrevista al festejar su centenario.
Con más de 50 años de residencia en Canadá, donde fue profesor en la Universidad McGill, dijo que siempre se negó a aceptar verdades que no se basen en evidencias científicas.
Acerca del rechazo contemporáneo al pensamiento científico, dijo que "se ve eso debido a la influencia del presidente (estadounidense, Donald) Trump, quien por lo visto no cree en la verdad".
"Hoy se habla de la posverdad y cosas parecidas. Todo esto se ve amparado por determinados filósofos que se inspiran en Nietzsche y en otros nazis y prenazis como Heidegger. Pero claro, ellos nunca buscaron la verdad", afirmó.
Sin embargo, exhortó a "no ser tan pesimistas". Dijo que "la mayor parte de la gente vive gracias a que cree en la verdad. Creen que el pan es nutritivo, creen que las vacaciones son necesarias, creen que hay injusticia social".
Bunge había estudiado Física y Matemática en la Universidad Nacional de La Plata (sur).
Fue enemigo del oscurantismo y la indiferencia ante la ciencia. Propugnó una filosofía que denominó "materialismo sistémico".
En materia política, se arrepintió públicamente de haber sido comunista. "Fui gorila (antiperonista). Lo confieso con toda vergüenza, mi iracundia política no llegó a entender al peronismo (gobierno actual en Argentina)", admitió.
Era ateo pero dijo apreciar la labor humanista del papa Francisco. Recibió más de 20 doctorados honoris causa.
Fue fundador de la revista de filosofía Minerva (1944-45) y cofundador de la Asociación Rioplatense de Lógica y Filosofía Científica (1956).
Publicó en 1959 "Causality: The Place of the Causal Principle in Modern Science", con una teoría que defiende el determinismo.
Un trabajo de gran impacto académico fue "Scientific Research", publicado en 1967, entre otros, traducidos a casi 20 idiomas.
Entre otras distinciones, recibió el Guggenheim Fellowship y el Premio Ludwig von Bertalanffy.



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