viernes, 14 de febrero de 2020


Relación de la Argentina con el FMI

De no deber un dólar a la mayor deuda de la historia

por Daniel Merolla



Los vínculos entre Argentina y el FMI parecieron tener punto final cuando el país le pagó en 2006 hasta el último centavo de la deuda pero el conflicto volvió peor que nunca después del mayor préstamo jamás otorgado, a mediados de 2018.

1. Una vez más una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) estuvo en Buenos Aires para renegociar los compromisos. El presidente Alberto Fernández acaba de considerar que "objetivamente, no se pueden cumplir" con los pagos. El país tiene las arcas casi vacías y una economía que lleva casi dos años de recesión. No es cuestión de voluntad de pago: se acabaron los dólares de la fiesta de endeudamiento del gobierno anterior.

"Si pagáramos, igual no nos va a alcanzar (el dinero), pero estaríamos sumiendo a la economía en una postración absoluta. Para pagar primero tenemos que crecer", dijo Fernández. Tras ganar las elecciones en octubre, había dicho que no estaba dispuesto a recibir ni un dólar más porque el Estado no lo puede devolver. El préstamo original era por 57.000 millones de dólares. La deuda con el FMI se estacionó entonces en 44.000 millones. La deuda pública global asciende a 342.000 millones de dólares, cerca de un 90% del producto interno bruto.

2. Aquel stand-by por 57.000 millones de dólares lo tomó el presidente Mauricio Macri (2015-2019). los mercados internacionales se le habían cerrado en abril de 2018 cuando interpretaron que más de 100.000 millones de dólares en bonos emitidos por Macri en sólo un año y 4 meses eran impagables. Macri acudió al salvavidas del FMI y dijo, eufórico, en un discurso por TV: "Espero que todo el país termine enamorado de (Christine) Lagarde", la entonces directora-gerente de la entidad internacional. Unas de las declaraciones más extravagantes que se recuerden en la historia económica y diplomática contemporánea. No nunca hubo amor ni odio. Hubo necesidades y decisiones. Como la que Macri usó para evitar el default.

  
3. Macri había puesto fin a un período sin relaciones con el FMI, clausuradas por el extinto Néstor Kirchner cuando era presidente (2003-2007). El 3 de enero de 2006, Kirchner canceló al contado la deuda de 9.500 millones de dólares con el organismo. En un discurso público dijo después en contra de los planes de ajuste: "Argentina le dijo al FMI basta a la deuda externa, se terminó, ahora tenemos decisión soberana".

4. Fernández es peronista y la relación del peronismo con el FMI ha sido casi nula. El fundador del partido, Juan Perón, tres veces presidente entre 1946 y 1974, se negó siempre a ingresar al organismo. A su derrocamiento, la dictadura del general Pedro Aramburu (1955-1958) hizo ingresar al país en el FMI. Se recibió el primer préstamo por 75 millones de dólares.

Una sucesión de dictaduras y gobiernos democráticos mantuvo el vínculo. Una gran ayuda del FMI logró la dictadura del general Jorge Videla (1976-1981). Cuando el régimen tuvo que llamar a elecciones en 1983, la deuda pública había aumentado de 7.000 a 42.000 millones de dólares.

5. Con la restauración democrática, el gobierno socialdemócrata de Raúl Alfonsín (1983-1989) pidió auxilio al FMI al no tener apoyo en el sector privado. El vínculo se conservó con el gobierno de Carlos Menem (1989-1999). El FMI apoyo con fervor el desguace del Estado con privatizaciones de empresas públicas que emprendió Menem.
El hombre fuerte de aquel gobierno abrazado a las corporaciones y los mercados, y que casi nada tuvo de peronista ,fue el ministro de Economía Domingo Cavallo. También lo fue en la presidencia de Fernando de la Rúa (1999-2001) quien cayó en medio de una rebelión popular, tras participar sin éxito el FMI de multimillonarios megacanjes y blindajes. El default de la deuda privada fue declarado en 2001 por el efímero presidente peronista Adolfo Rodríguez Saa.
Ahora el gobierno fernandista y el FMI discuten cuánto y cuándo se puede pagar. El FMI es la llave que tomó el gobierno para negociar a la vez con los acreedores privados. Se habla de fuertes quitas de capital e intereses, con plazos de gracia. Será la madre de todas las batallas para Fernández. Sin un acuerdo razonable, su modelo podría fracasar de manera temprana.
El default está a la vuelta de la esquina en Argentina.

  

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