Un 'Príncipe' de la gente

No tiene sangre azul. En todo caso es celeste y blanca. Le pusieron un apodo con sello monárquico pero los hinchas lo consideran uno de ellos. No es frecuente ver en el fútbol argentino semejante de fiesta de gratitud como la que le organizaron a Diego Milito la noche en que dejó el fútbol. Aún no tuvo la suya, tan merecida, un jugador extraordinario como Juan Román Riquelme en Boca Juniors.
Volvió de Italia después de ganar cuatro campeonatos nacionales y dos copas internacionales con Inter de Milan. Fue idolatrado también en Italia. Pero regreso a su hogar con la mente puesta en contribuir a darle otro título a La Academia, cuya falange no deja cada tanto de asombrar por su número y fidelidad, pese a tantos aós, décadas, de frustraciones.
Más de 40.000 hinchas de Racing le tributaron a su mayor ídolo una emocionante despedida la noche de su retiro. Fue con victoria 2-0 sobre Temperley por la última fecha del campeonato argentino.
En un estadio colmado un gigantesco cartel con su imagen y la leyenda 'Gracias Milito' fue desplegado en el minuto 22. Es el número de su histórica camiseta. En ese momento se detuvo el partido y la ovación fue estruendosa.
Milito devolvió esa gratitud con un gol de penal, a los 17. El otro tanto lo marcó el paraguayo Oscar Romero, a los 20, al tomar de cabeza un rebote por un segundo penal ejecutado por el homenajeado.
Milito cuelga los botines a los 36 años, luego de haber sido pilar de los dos únicos campeonatos locales ganados por "La Academia" en los últimos 40 años, uno en 2001 y el otro en 2014.
"Me voy como quiero, en mi casa y con esta gente", declaró al terminar el juego con la voz algo quebrada por el llanto.