miércoles, 16 de marzo de 2016



Memorias del horror

por Daniel Merolla

(nota publicada en portales de Google y Yahoo por la agencia AFP)

El terror real se metió en la ficción de la película "La Historia Oficial", que se reestrena esta semana, con su trama de robo de bebés en la dictadura argentina (1976-83).
Fue como si un enmascarado entrara a un set de filmación y apuntara con un arma a protagonistas de un policial.
"Amenazaron de muerte a la madre de la niña que hacía el papel de bebé robada. Le dijeron que la sacara de la película. Tuvimos que fingir que el rodaje terminaba y lo seguimos en forma clandestina", cuenta a la AFP Luis Puenzo, de 70 años.
El filme reaparece restaurado con motivo de los 40 años del golpe de Estado que instaló aquel régimen.
Los dictadores no toleraban que en 1983, meses de antes de su retirada, gente de cine contara una historia sobre apropiación de hijos de prisioneros políticos desaparecidos. Hay más de 500 casos. La organización humanitaria Abuelas de Plaza de Mayo ha logrado restituir la identidad de 119. Cuando se filmó "La Historia Oficial", sólo habían recuperado a tres.

Mamá contra la pared -
"A la mamá de Analía Castro (la niña de cuatro años en el filme), le pusieron una mano en el cuello, contra una pared, y le dijeron: 'Sacá a la nena, es la última vez. Te vamos a matar'", recuerda Puenzo, cuya película ganó el Óscar a mejor filme en habla no inglesa en 1986.
El truco fue llamar a rueda de prensa y decir que el rodaje había terminado. "Hicimos una fiestita para periodistas", precisa este hombre cuyos cuatro hijos están vinculados al cine. Uno de ellos es Lucía Puenzo, realizadora de "Wakolda", una historia sobre el ocultamiento en Bariloche (sur) del criminal de guerra nazi Joseph Mengele.
"Tuvo coraje la madre. No era una militante, era inteligente", dice el también director de "Gringo viejo", con los protagónicos de Gregory Peck y Jane Fonda, basada en la novela de Carlos Fuentes, ambientada en la Revolución Mexicana.

- Dios te bendiga -
"La Historia Oficial" narra la sospecha de Alicia (la laureada actriz Norma Aleandro), una profesora de historia cuya hija adoptiva es en realidad un bebé robado. La siniestra operación fue obra de su marido, Roberto (el reconocido Héctor Alterio), empresario ligado a los militares.
Aleandro ganó en Cannes el premio a mejor actriz. "Fue una suerte que lo haya compartido con (la norteamericana) Cher, promocionó la película", dice Puenzo. El Globo de Oro al flime en Estados Unidos fue otro trampolín.
Es difícil olvidar aquel famoso "God bless you" (Dios te bendiga) dicho por la misma Aleandro cuando leyó al ganador en Hollywood.
"La película narra la complicidad civil con el golpe y la dictadura. El apropiador trabaja en una empresa con norteamericanos y un general de ejército en el directorio. Muchos han querido tapar esta complicidad", rememora Puenzo. Aleandro se resistía primero a aceptar el papel. Había tenido que exiliarse por una bomba que le pusieron en su casa.
La postura del director es que "este ciclo nefasto aún sigue latente y lo seguirá por dos o tres décadas más en todo el mundo. Lo sufren los sirios. Hay políticas económicas como la de la dictadura, muy parecidas en Grecia y España".
"Nada ilustra mejor esta continuidad que la visita de (el presidente de EEUU) Barack Obama, justo cuando recordamos el golpe el jueves 24. No es coincidencia", afirma Puenzo, nacido en Floresta, en el centro geográfico de Buenos Aires y director de "La Peste", basada en la novela de Albert Camus con William Hurt y Sandrine Bonnaire.
Puenzo afirma que "Camus da la clave de que los ciclos siguen. Hay microbios que permanecen dormidos pero inevitablemente vuelven a salir en la epidemia. Eso ocurre en política", afirma Puenzo.-

Ver para creer -
"La intención es reflexionar sobre que esto nos pasó a todos. Ningún país ha hecho tanto, como 200 películas de ficción y documentales, para entender qué pasó. Francia no reflexionó ni la mitad sobre la guerra de Argelia, pese a que hombres como Camus lo intentaron. En Alemania tardaron 40 años en contar la historia del nazismo", subraya.
En Argentina, un 80% de la gente prefería "no tener nada que ver" con esta tragedia, según Puenzo. Pero decenas de miles de personas desaparecieron o se exiliaron.
Y la realidad volvió a colarse en la ficción. A Alicia, las Abuelas le muestran fotos y fichas de niños desaparecidos. No era utilería, era una carpeta real. "Era terrible. Hojeaba y mi personaje no podía exteriorizar emociones. Yo tenía ganas de llorar y salir corriendo", recuerda a la AFP Aleandro.
Decenas de miles de personas desaparecieron o marcharon al exilio durante la dictadura entre 1976 y 1983. Unos 500 bebés fueron sustraídos de sus padres, prisioneros políticos desaparecidos.
Junto a Puenzo y al actor chileno Patricio Contreras, la intérprete admitió que "no iba relajada" al rodaje sino tensa porque aún estaba el régimen cívico-militar en el poder en marzo de 1983. En abril se cumplen 31 años del estreno del filme.
"Fue amenazada de muerte la madre de quien hacía el papel de la niña (sustraída) a los padres. Entonces decidimos decirle a la prensa que la película estaba terminada. Y seguimos rodándola en forma clandestina", relató Aleandro.
A su lado, Analía Castro, ahora madre de dos hijas y quien tuvo el rol de la niña, dijo que la película "es esencial para no olvidar lo que pasó, y porque siguen apareciendo chicos (robados)". La película se reestrena en versión digital y moderna sonorización.

La sospecha -
La organización humanitaria Abuelas de Plaza de Mayo, creada en 1977, colaboró con el filme. Desde entonces ha logrado restituir la identidad de 119 nietos apropiados. Aún buscan a otros 400.
"En aquel año había sólo tres nietos recuperados. Y nadie sabía, como ahora, cómo fue el procedimiento de apropiación de bebés", dijo Puenzo en referencia al momento de la realización del filme estrenado en su país en 1985.
La multipremiada "La Historia Oficial" cuenta la intimidad del matrimonio de Roberto, un empresario (Héctor Alterio) casado con Alicia (Aleandro), una profesora de Historia.
Roberto es ejecutivo de una empresa que hace negocios con Estados Unidos y tiene un general en el directorio, por cuyos contactos consigue que le entreguen la bebé de un matrimonio de desaparecidos pero oculta a su esposa el origen de la niña. Alicia empieza a sospechar y se contacta con Abuelas.
El realizador dijo que fue vital "la ayuda de la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, y no sólo por el guión", nominado también para el Óscar en 1986, obra de Puenzo y la escritora Aída Bortnik.
A Alicia las Abuelas le muestran fotos y fichas de niños desaparecidos. No era utilería, era una carpeta real que Abuelas prestó sólo en un momento para el rodaje", relató Puenzo.
Aleandro dijo que fue "doloroso y angustioso", pero lo peor era "ver casos reales. Uno supone que los niños desaparecidos fueron a parar a manos de alguien. No, había criaturas a las que mataron en el vientre de la madre o recién nacidas".

- Horas atroces -
Contreras, residente en Argentina donde hizo gran parte de su carrera, dijo que a 30 años "siempre está la emoción de dar este testimonio de un momento atroz, oscuro y trágico. Esto sigue sucediendo cuando uno ve las marchas dando vueltas a la Plaza de Mayo", lugar de encuentro de Madres y Abuelas.
"Es triste, pero esa desdicha no se ha terminado. Teníamos miedo pero lo hicimos. Fue un deber de ciudadana más que de actriz. Resucitamos la película, estamos felices", dijo Aleandro.
Puenzo también tuvo el coraje de encarar este proyecto. Lo hizo con su intención declarada de "no filmar glamorosamente", como lo hacía en su productivo cine publicitario. "Que no se notara el amaneramiento de la publicidad", recuerda.
Puenzo afirma que la negación de Alicia en la película puede compararse ahora en su país con quienes "no ven la continuidad" de aquel horror, con los proyectos políticos y económicos del frente Cambiemos, al cabo triunfante en las últimas elecciones.
El realizador sostiene: "Creo que en la medida en que aún no se juzgó a los civiles estamos en deuda. Son los mismos grupos económicos los que están detrás del poder" encarnado por el macrismo.




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