Debut de la Selección
en las eliminatorias a Catar-2022
Messi se envuelve en la albiceleste
tras el psicodrama con el Barça
por Daniel Merolla
El capitán argentino deja atrás el
trago amargo del folletín de su frustrada salida del club blaugrana cuando
intentó marcharse sin papeles en regla y arrojándose a una piscina sin agua.
Ahora vuelve a probar suerte para jugar
su quinto Mundial e intentar quebrar una racha sin títulos.
El goleador histórico de la albiceleste
lo tiene claro: "El único sueño que me queda por cumplir es ganar un
Mundial con la Selección". Un primer obstáculo se interpone porque el
jueves otra vez le toca arrancar frente a un enigma.
Fue la Tricolor la que le dio soberano
disgusto a la albiceleste en el debut de la Clasificatoria al Mundial de
Rusia-2018, con un triunfo histórico por 2-0 en el estadio Monumental.
Lo que sentirán en el alma Messi y sus
compañeros será no contar con el aliento y el fervor de los aficionados, en un
estadio La Bombonera cuyo piso no temblará como siempre al compás de los saltos
en las tribunas, vacías de pasión por la pesadilla del covid-19.
Argentina disputará la segunda fecha el
martes próximo contra Bolivia en la altura de La Paz (3.600 metros) y Ecuador
lo hará ante Uruguay en la Casa Blanca, con un protocolo aprobado en Quito para
que haya hinchas.
- De memoria -
El joven DT argentino Lionel Scaloni
(42 años), sin ninguna experiencia en clubes o selecciones, dio una sorpresa
cuando renovó el plantel tras la desafortunada conducción de Jorge Sampaoli en
el Mundial de Rusia-2018.
A grandes males, grandes remedios.
Scaloni promovió una 'Joven Guardia' y le encontró la vuelta a rodear a Messi
de otros intérpretes que no eran los amigos de la cancha y de la vida de La
Pulga rosarina.
"Podemos decir que ya hay siete u
ocho jugadores 'de memoria' que son la base. Y sólo tenemos un día de
entrenamiento", ponderó el DT.
No estará el delantero Sergio 'Kun'
Agüero (Manchester City), lesionado, e incluso, para esta doble fecha, Scaloni
dejó afuera a Ángel 'Fideo' Di María, pese a que está jugando en alto nivel en
el PSG francés.
"Que Messi tenga dos jugadores por
delante para que pueda asistir, y sea profundo, no al pie. Nos dio resultado en
la Copa América de Brasil-2019 (tercer puesto)", se ufanó el DT.
Uno de los favoritos de Scaloni es el
volante Lucas Ocampos (Sevilla, España). "Tiene fuerza, técnica y gol, y
ayuda en fase defensiva", lo elogió. Otros son Paulo Dybala (Juventus,
Italia) y Lautaro Martínez (Inter, Italia).
Pero la cancha se le embarró porque los
últimos encuentros dejaron un tendal de lesionados y algún contagiado de
covid-19.
- Lo que merece Ecuador -
Debuta en la Tricolor el DT argentino
Gustavo Alfaro, quien nunca había dirigido una selección. Es un hombre
inclinado a cuidar más el resultado que a lanzarse al ataque.
"Estas 30 voluntades (el plantel)
van a hacer el esfuerzo para poner a Ecuador en el lugar que Ecuador
merece", dijo en un video en redes sociales.
Alfaro convocó al delantero Enner
Valencia (Fenerbahce, Turquía) y al arquero Alexander Domínguez (Vélez
argentino). El experimentado Christian 'El Zar' Noboa (Sochi, Rusia) estará
ausente por problemas de logística, dijo la federación.
Sorprendió con las convocatorias al
defensa Erick Ferigra (Torino, Italia) y José Carabalí (U. Católica, Chile).
El partido se jugará a las 21h10 (00H10
GMT), con el arbitraje de Roberto Tobar, asistido por Christian Schiemann y
Claudio Ríos (terna de Chile), y las siguientes probables formaciones.
Argentina: Emiliano Martínez - Gonzalo
Montiel, Lucas Martínez Quarta, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico - Rodrigo
De Paul, Leandro Paredes, Lucas Ocampos - Lionel Messi, Lautaro Martínez,
Marcos Acuña o Paulo Dybala. DT: Lionel Scaloni.
Ecuador: Alexander Domínguez - Pedro
Perlaza, Franklin Guerra - Robert Arboleda, Angelo Preciado - Jhegson Méndez,
Alan Franco, Junior Sornoza, Carlos Gruezo - Enner Valencia y Michael
Estrada. DT. Gustavo Alfaro.
Un penal y un triunfo sin luces ante
Ecuador 1-0
...
Un gol de penal de Lionel Messi y
aisladas ráfagas suyas fueron los únicos momentos luminosos del triunfo 1-0 de
Argentina ante Ecuador en Buenos Aires en el inicio de la clasificatoria
sudamericana al Mundial Catar-2022.
En un estadio La Bombonera vacío para
prevenirse del covid-19, Messi, a los 13 minutos, clavó un zurdazo de penal,
bien esquinado junto a un poste, aunque el guardameta Alexander Domínguez
alcanzó a manotear la pelota.
"Es un año complicado para todo el
mundo. Con la Selección intentamos darle una alegría a la gente con esta
victoria, en una situación difícil (por la pandemia de covid-19), y más allá
del juego, que no fue el que queríamos", dijo el capitán de la Selección.
Banderas de aliento al goleador histórico
de la Albiceleste fueron colgadas en las tribunas y un sistema de 30 altavoces
difundió grabaciones de estribillos entonados por la hinchada argentina, para
poner al menos pasión de fantasía en un estadio huérfano de emociones en la
cancha y en las gradas.
El DT argentino de la Tricolor, Gustavo
Alfaro, manifestó su disconformidad con la sanción del tiro desde los doce
pasos: "El partido se dispara con una jugada controvertida. Me deja muchas
dudas. Honestamente no fue penal".
Argentina jugará el martes próximo
frente a Bolivia en la La Paz (3.600 metros de altitud) y Ecuador recibirá a
Uruguay en la también elevada Quito (2.850 metros).
- Lento y tedioso -
El partido fue un somnífero, ideal para
dormir plácidamente. Los dos equipos presionaron sobre el poseedor de la
pelota. Nadie armaba juego. Nadie se desmarcaba. A nadie se le prendía la
lamparita, ni se le caída una idea.
Messi estuvo un tiempito intenso y
después se apagó al no encontrar socios. No hubo ritmo ni frescura creativa en
Rodrigo De Paul o Leandro Paredes.
En Argentina sólo aparecían los
destellos del infatigable luchador Marcos Acuña. A veces aparecía amenazante en
el área Lucas Ocampos, como en el penal que le cometió Pervis Estupiñán.
Ningún resplandor se podía esperar de
un equipo conducido por el conservador Alfaro. Dejó a Enner Valencia como un
solitario francotirador. Dispuso cinco mediocampistas y una muralla defensiva
de camisetas tricolores. Todo el mundo a vigilar a Messi y a Lautaro Martínez.
El arquero argentino Franco Armani era
espectador privilegiado salvo cuando pasó algunos sustos con apariciones
sorpresivas de Erick Fenigra y Estupiñán.
Domínguez tampoco pasaba zozobras bajo
los tres palos ecuatorianos, salvo cuando le tapó un tiro a quemarropa a
Ocampos. Sus guardianes, Xavier Arreaga y Robert Arboleda, le pusieron candado
al centro de la defensa.
En la zona de creación ecuatoriana se
vieron aislados chispazos de Ángel Mena y Renato Ibarra, pero a 40 metros de
Armani. Demasiado lejos.
Los laterales argentinos Gonzalo
Montiel y Nicolás Tagliafico lucieron atados en el fondo, sin proyección. El DT
Lionel Scaloni no se mostró tampoco como hombre de arriesgar ante un rival que
era un enigma.
Por eso, como ya es rutina en
Argentina, Lucas Martínez Quarta y Nicolás Otamendi se entretuvieron con pases
inofensivos, sin hallar un destinatario en un equipo rígido como una tabla.
- Avances por inercia -
Tanto se aquietó Argentina que hizo
adelantar por inercia a Ecuador. La Albiceleste hacía equilibrio en la cuerda
floja. Alfaro se atrevió a incluir a Angelo Preciado, Gonzalo Plata, Romario
Ibarra y Michael Estrada. Más audacia no se le podía pedir.
Las entradas de los ofensivos Eduardo
'Toto' Salvio y Lucas Alario no tuvieron más efecto que un fuego artificial.
Argentina siguió pasiva y enredada en la telaraña ecuatoriana.
Para colmo hizo despertar a la Tricolor
que atacó por momentos con cinco o seis hombres. Rondaba el fantasma del
empate. Argentina terminó dominada.
El astro del fútbol Lionel Messi
volverá a empuñar el bastón de mando de Argentina en camino al Mundial de
Catar-2022, en el estreno de la Clasificatoria Sudamericana con Ecuador,
selección que suele ser una caja de sorpresas.
Argentina es lo que es y anda siempre
con lo puesto
Argentina es lo que es y anda
siempre con lo puesto, que no es otra cosa que el superdotado Lionel Messi
rodeado de 10 voluntades con la ambición de llegar al Mundial de Catar-2022.
Al arrancar este jueves la
clasificatoria sudamericana con un pálido triunfo 1-0 ante Ecuador en Buenos
Aires, se volvió a ver la historia de siempre con la Albiceleste: ¿a qué juega?
Excusas para lo visto en el debut hay a
granel. Hace casi un año que el equipo no se reunía. El covid-19 es una
pesadilla que tiene en jaque al mundo. Hay lesionados, contagiados y excluidos.
La reflexión que hizo el capitán y
goleador histórico está a la altura de la madurez de sus 33 años: "Es un
año complicado y lo que intentamos fue darle una alegría a la gente, en una
situación difícil, y más allá del juego, que no fue el que queríamos".
Más sensato imposible. Al cabo, Messi
no es un crítico, es el líder. Una vez más, como en los últimos 4 mundiales, no
le ha esquivado el bulto a ese sueño que parece utopía. Quiere ganar la Copa
del Mundo antes del retiro.
¿Puede hacerlo jugando así la Albiceleste?
- Un penal y chau -
En los primeros minutos el ídolo
encendió la máquina a todo trapo. Combinó pases con Leandro Paredes, Lautaro
Martínez y Lucas Ocampos.
En las tribunas de una Bombonera triste
y vacía de pasión futbolera, el viento agitaba banderas de aliento y se oían
grabaciones de hinchas cantando a coro "Olé, Olé, Messi, Messi".
Patético, pero acorde a los tiempos de pandemia.
Clavó el penal a los 13 minutos de
iniciado el partido y al ratito se aburrió. Apenas aparecía por ráfagas, lejos
del arco.
El DT Lionel Scaloni, exitoso al menos
en armar una 'Joven Guardia' albiceleste, le encontró una explicación: "En
la semana perdimos (por lesión) a un jugador que consideramos clave por la
izquierda, como Giovani Lo Celso".
"Hubo solidez, sacrificio y que no
te hagan un gol es importante. El balance es que se ganó", justificó
Scaloni, sin que le falte algo de razón.
En la convocatoria dejó afuera a un
amigo de Messi dentro y fuera de la cancha, Ángel 'Fideo' Di María, pese a que
estuvo haciendo maravillas en el PSG francés. Otro compadre del rosarino,
Sergio 'Kun' Agüero, está lesionado.
Messi no parece incómodo con la nueva
camada, que tiene frescura y atrevimiento. ¿Entonces, qué?
- Más marca que inspiración -
El diario deportivo Olé ensayó una
explicación: "La Selección dejó una mejor imagen sin la pelota que con
ella. El doble cinco Rodrigo De Paul-Paredes, parado a la misma altura, más la
ausencia de alguien que rompiera al espacio, hizo que escasearan líneas de
pases y elaboración".
"Messi quedaba como el hombre más
adelantado de Argentina y Lautaro retrocedía para presionar al volante central
ecuatoriano. Marcos Acuña y Ocampos se cerraban", analizó el diario.
¡Justo lo que Scaloni dijo que no debía
pasar! En declaraciones previas había planteado que Messi debe tener adelante a
dos hombres para "darles pases profundos, no al pie". Así no hay
esquema que aguante.
Ahora enfrenta ante Bolivia el martes
uno de los traumas de los argentinos: los 3.600 metros de la altura de La Paz.
Argentina hoy es lo que es. Y se parece
mucho a lo que fue en los últimos años. Progresó con la promoción de caras
nuevas, con hambre de gloria. Pero no le encuentra socios a Messi o bien lo
hace sólo por un tiempito. Demasiado poco.
Argentina se elevó en la altura y respiró mejor
Argentina se oxigenó donde le
suele faltar el aire, en la altura de La Paz, al vencer a Bolivia 2-1, con las
pinceladas de genio de Lionel Messi, mejor acompañado en la aventura
premundialista de Catar-2022.
La Albiceleste buscaba socios para el
capitán y goleador histórico. A 3.600 metros sobre el nivel del mar encontró a
Lautaro Martínez (Inter, Italia), Exequiel Palacios (Bayer Leverkusen,
Alemania) y Joaquín Correa (Lazio, Italia).
Demasiadas dudas había creado el debut
vacilante ante Ecuador (1-0), con un penal del delantero del FC Barcelona.
Fueron nada más que 20 primeros minutos de motores encendidos. No se mostró una
idea de juego. No se pudo saber a qué juega la Selección.
El panorama era sombrío porque la
altura paceña es un fantasma para los argentinos. Para colmo, en los primeros
minutos con hegemonía boliviana empezó a rondar otro espectro: el de la goleada
6-1 en las eliminatorias al Mundial de Sudáfrica-2010, con Diego Maradona al
mando en el banco y Messi extraviado en la cancha.
El cabezazo a la red de Marcelo
Martins, descuidado por los centrales en un centro anunciado, parecía reflotar
la pesadilla. Empezaba a pesar como una carretilla llena de plomo los 15 años
de Argentina sin poder ganar en el Hernando Siles.
- Sed de gloria -
Pero si algo cambió en los últimos dos
años, después de la dolorosa eliminación en el Mundial de Rusia-2018, fue la
aparición de una 'Joven Guardia' que tiene hambre de campeón y no le escapa al
sacrificio en los peores momentos.
"Fuimos el equipo que dominó, que
sabía a lo que jugaba", se entusiasmó el DT Lionel Scaloni, como si
respondiera a las críticas del primer encuentro.
La guapeada de Martínez para meter la
pierna y provocar un rebote goleador frente a un torpe rechazo, más la
precisión quirúrgica de Correa para clavar junto a un poste un pase generoso
del 'Torito', llevaron a la Argentina a sumar puntaje ideal.
Un acierto de Scaloni fue la inclusión
de Palacios, quien extrañamente vegeta relegado al banco de suplentes del
Leverkusen. Demostró ser otro buen intérprete para el juego de circulación de
pelota al pie y al vacío que necesita Messi para prender su máquina de pasar
rivales como a postes.
Es otro caso raro el de Scaloni. Es el
seleccionador porque le dijo que sí a la dirigencia del fútbol argentino en uno
de los peores momentos que se recuerden. El santafesino no había dirigido antes
ni siquiera a un equipo de segunda o tercera división, salvo un paso fugaz al
frente de una selección juvenil en un torneo en España.
Scaloni llegó por descarte. Se habían
negado a tomar esa brasa candente conductores de lustre internacional como
Diego 'Cholo' Simeone, Marcelo Gallardo y Mauricio Pochettino.
Su idea no es mala. "Que Messi
tenga dos jugadores por delante para que pueda asistir, y sea profundo, no al
pie. Nos dio resultado en la Copa América de Brasil-2019 (tercero)",
sintetizó su filosofía ofensiva.
- No soñar en vano -
El mayor desafío que enfrentan Messi,
Scaloni y compañía es devolverle a la Selección la identidad que supo tener en
los mejores 20 años de su historia internacional, entre 1974 y 1994. Ganó dos
Copas del Mundo, un subcampeonato y lo último fue la Copa América Ecuador-1993.
Desde entonces se quedó en el lado oscuro de la Luna.
Ya no tiene defensores que hagan
temblar a los atacantes como Daniel Passarella u Oscar Ruggeri. Ni a nada
parecido a Maradona, Mario Kempes o Gabriel Batistuta.
Debe conformarse con lo que tiene, que
no es poco pero tampoco es mucho. No puede construir castillos en el aire con
sus seis puntos en la eliminatoria más dura, la de Sudamérica. Al menos recibió
una bocanada de aire en el lugar menos pensado.
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