sábado, 3 de noviembre de 2018


River bate a Gremio: No darse por vencido ni aún vencido

El triunfo 2-1 en partido de vuelta entreabrió la puerta a una probable hiperfinal de campanillas con Boca. El VAR fue decisivo para otorgar el penal sobre la hora que marcó con auatoridad Gonzalo 'Pity' Martínez y que no se haya anulado el primer gol por una presunta mano en el cabezazo del colombiano Rafael Santos Borré.

por Daniel Merolla


River Plate de Argentina avanzó este martes a la final de la Copa Libertadores. Fue una hazaña que empezó a consumarse a ocho minutos del tiempo reglamentario. Remontó una derrota 1-0 y ganó 2-1 frente a un equipo que fue sólo un fantasma de aquellos equipos brasileños que se defendían sin hacer tiempo y atacaban con soltura, preciosismo y remates furibundos desde fuera del área.
Fue el premio a no darse por vencidos ni aún cuando el resultado era número puesto en Porto Alegre.
Boca juega con Palmeiras en Sao Paulo con la ventaja de 2-0 en la ida.
A favor de los 'millonarios' pesaron los goles de visitante.
La escuadra gaúcha había abierto el marcador por obra del lateral Leonardo Gomes a los 36 minutos, en el estadio Arena do Gremio colmado con más de 50.000 almas. Pero el partido giró 180 grados en la segunda parte, cuando el colombiano Rafael Santos Borré igualó de cabeza a los 82 para River.
En los últimos suspiros del juego, el árbitro uruguayo Andrés Cunha, con asistencia del videoarbritraje (VAR), marcó un penal por mano de Bressan, y lo expulsó por doble amarilla. Lo ejecutó con un zurdazo Martínez, a los 90+5, bajo la lluvia en un final de suspenso y dramatismo.
- Dominar y sufrir -
River fue dueño y señor en la primera etapa en Porto Alegre. Dominador de la pelota y del medio juego. Pero sufrió en su arco el gol que no esperaba. Había planteado bien la estrategia. Pero otra vez fallaba en el remate final, como en el partido de ida.
El colombiano Juan Fernando Quintero había arrancado como eje de rotación. Inspirado, combinaba con su compatriota Rafael Santos Borré y Exequiel Palacios. Se proyectaban agresivamente por las bandas Gonzalo Montiel y Milton Casco. Javier Pinola dejaba su puesto en el fondo y manejaba con inteligencia la transición hacia la valla de Marcelo Grohe.
Le rondaba el gol como un fantasma a Grohe. Lo amenazaron con francos remates de Lucas Pratto, Palacios, Leo Ponzio y Quintero. Como en el primer encuentro, Gremio se atrincheraba con disciplina espartana,
Pero el balón no le llegaba limpio a Pratto. Ignacio Fernández no estaba muy lúcido. Y aparecía una y otra vez Pedro Geromel, como un gladiador, un león en la defensa 'gaúcha'. Hasta Paulo Miranda, en lugar del suspendido Walter Kannemann, fue una muralla frente a los centros aéreos de los riverplatenses.
Empezó a llover y a River se le ahogó de pronto la esperanza. Un rebote casual en un corner le cayó a Leo Gomes cerca del área grande. El lateral clavó el derechazo a media altura en el segundo palo de Franco Armani, como una puñalada. Ahora River necesitaba al menos dos goles.
 - Control y contragolpe -
 Antes del entretiempo, River perdió por lesión a Leo Ponzio, su capitán, hombre clave. En su lugar, Enzo Pérez no le rindió igual. Entró 'Pity' Martínez tras el descanso. También el goleador Ignacio Scocco por Quintero. El DT Marcelo Gallardo tuvo que ver el partido en un palco, sancionado y aislado.
El entrenador local, Renato Gaúcho, mandó a la cancha a Everton, uno de los ídolos de los hinchas de gremio. River mantuvo el control, pero su rival comenzó a asociarse con pases certeros y profundos.
Tocaba el balón Maicon para Michel, o para Ramiro. Se unía a las combinaciones Cícero. Pero algo desconectado lucía el único delantero de punta, Jael.
En los contragolpes, con más espacio, la escuadra local se tornó intimidante. Estuvo al borde del abismo River cuando Everton se escapó solo y Armani le salvó la vida al ganar el mano a mano. Entró entocnes Bressan por Miranda en Gremio.
El empate llegó por un centro de Martínez al corazón del área, al cabezazo Borré. Faltaban ocho minutos a puro suspenso. El penal sumó una dosis de intriga para el infarto. River resistió a pie firme en defensa los embates brasileños.

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