viernes, 11 de noviembre de 2016


Decime que se siente tocar fondo

por Daniel Merolla

(publicado en internet por la agencia AFP)

A la Argentina goleada y bailada por Brasil 3-0 en la ruta sudamericana al Mundial de Rusia-2018 no la salvó ni el supertalento de Lionel Messi porque el equipo está en caída libre, sin red, y si existen los 'mesías', sólo son los bíblicos.
Era una banalidad pensar que el puro retorno de Messi, después de una lesión, obraría un milagro. La Albiceleste está cerca del fondo del pozo, sin juego, sin brújula, sin alma y sin temperamento. Sigue sexta en la clasificatoria y ni siquiera atrapa la repesca con el ganador de Oceanía.
Pero lo peor no son las estadísticas. Si le gana a Colombia el martes en la ciudad de San Juan (1.020 Km al oeste de Buenos Aires), se mete de nuevo en carrera. Y luego le quedan otras seis fechas por delante.
El problema es que el equipo es una sombra, tiene menos reflejos que una toalla y Messi está más solo que Kung fu en el desierto, por aquella recordada serie con David Carradine.
Lo dijo Messi con palabras fuera de su estilo moderado y chato: "Dentro de toda la mierda que estamos pasando esto depende de nosotros".
Es verdad, pero 'Agarrate Catalina' (poner las barbas en remojo), un dicho de la jerga popular rioplatense, si Argentina pierde con el martes Colombia. Un terremoto será un juego de niños comparado con la crisis que desatará.
El aluvión de reacciones fue casi insoportable. En las redes estalla el '#AndateBauza', por el DT, el alicaído 'Patón' Edgardo y los 42 millones de directores técnicos (la población) clama "que se vayan todos", con alguna honrosa excepción.
Pero en medio del desenfreno hay algunas pocas miradas serias. Diego Latorre, exjugador y comentarista, escribió en su columna del diario La Nación: "Es muy difícil afrontar un partido sin ideas claras porque cualquier brisa te puede desarmar. La reserva emocional surge cuando los equipos se sienten fuertes y entienden que un gol en contra no es más que una contingencia. Es inútil pedirlo en momentos de debilidad". "Argentina no sabe qué hacer con la pelota", analizó.
Coincide así con lo que viene repitiendo Jorge Valdano, exjugador, exDT y triunfador en Real Madrid de España: "El futbolista argentino perdió el amor por la pelota". Mal momento, justo cuando Brasil lo está recuperando y fue una fiesta verlo a Neymar, gambetear como los dioses, meter bellos pases y un gol refinado.

Caras pintadas -
En Argentina los hinchas dicen que a un equipo "le pintaron la cara y lo bailaron" cuando el rival se luce y lo humilla. Lo sufrió la Albiceleste al ritmo del 'olé' 'ole' de los hinchas brasileños en el Mineirao.
¿Qué le pasa a Argentina?. Por primera vez apareció en boca de los jugadores argentinos un factor, el anímico, que evitaban mencionar. Messi dijo que "hay que empezar a trabajar con la cabeza, sino las piernas no responden". El volante Javier Mascherano dijo que "hay que cambiar la cabeza" y Pablo Zabaleta que "es psicológico" lo que les sucede.
El escritor Martín Caparros lo explica de este modo en su columna del diario Olé: "Argentina entró a la cancha pidiendo perdón, con una formación que mostraba que su jefe tenía miedo". Bauza puso "dos líneas de cuatro sin un pálido volante de creación con Messi bajando al círculo central para ver si la pelota era redonda y comprobando que no era".
A eso se le llama caída libre y sin red. Ni Messi la salva.

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