lunes, 6 de marzo de 2023

 La puja distributiva por el litio

 

¿QUIEN SE LLEVA LA PARTE DEL LEÓN?


por Daniel Merolla

(inédito)

 

 

Cada día sube una línea la temperatura de la fiebre del litio. La mágica palabrita reaparece una y otra vez ¿De qué estamos hablando?

La más fresca de las noticias es una iniciativa industrialista litífera de asociarse con Brasil, ahora que lo preside un amigable Luiz Inácio Lula da Silva.

"En el corto plazo se trata de tener un jugador nacional. Hay 38 proyectos en evolución para la explotación. Uno es de Argentina", señaló a Buenos Aires/12 Roberto Salvarezza, presidente del directorio de la firma estatal YTEC (YPF Tecnología) y titular del directorio de YPF Litio.

Bioquímico e Investigador Superior del CONICET, Salvarezza admitió que "es un problema la gran disputa por los ingresos y la renta" litífera.

Lo raro del litio es que no abundan las personas que sepan exactamente qué es y para qué sirve, pese a una sabiduría vox pópuli de que vale lo que pesa.

La calle ya lo entendió, aunque no sea experta. Los geólogos explican que es un metal blando y de color claro que está dentro de la tierra combinado con otros minerales. Hay que extraerlo, separarlo, limpiarlo y exportarlo.

Otra opción, con altísimo valor agregado, es usarlo en la producción de lubricantes, lentes para telescopios, purificadores de aire, materiales aeroespaciales o psicofármacos para combatir las manías.

Pero el origen de la fiebre litífera radica en que es vital para fabricar baterías. El mundo empieza a estar pendiente de la futura producción masiva de vehículos eléctricos a batería. Se espera que en 2035 sean obligatorios los autos eléctricos en la Unión Europea (UE).

Juan Domingo Perón, en su primera presidencia, había preguntado: ¿Han visto alguna vez un dólar?”. Lo dijo en otro momento histórico, en defensa de la independencia económica y contra los “traficantes” de moneda extranjera.

Ahora se puede preguntar: “¿Alguien vio un litio?”. Si, por supuesto, lo vieron poderosos grupos internacionales. A calzón quitado, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, acaba de decir que los cañones de los intereses de su país apuntan hacia las riquezas de estos pagos latinoamericanos.

En un foro de la OTAN, la jefa militar estadounidense mencionó que “el 60% del litio del mundo se encuentra en ese Triángulo", que forman Argentina, Bolivia y Chile.

Más de un dirigente de la región le salió al paso para recordarle que los recursos no son “de ellos”, son de los países de la región. Aspiran los líderes regionales a que el Triángulo no sea el de las Bermudas, donde se puedan extraviar riquezas y esperanzas como barcos o aviones en el mar Caribe.

Casi 40 multinacionales de Estados Unidos, China, Australia, Francia, Japón y de otras naciones industrializadas están golpeando la puerta de la Puna.  Algunas ya están adentro. Todas están ávidas de morder su tajada.

“Tenemos que empezar nuestro juego”, remató sin medias tintas la jefa militar estadounidense. ¿Y el juego argentino cuál es?

 

El gobierno mete mano

 

La rueda del litio gira sin parar. La empresa Alcalis de la Patagonia dijo que invertirá 250 millones de dólares en elaborar carbonato de sodio, esencial para producir el carbonato de litio que se usa en las fábricas de baterías.

La mayor riqueza litífera argentina está en el noroeste. La cobijan las entrañas del altiplano en Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja y San Juan, entre otras sin explorar.

Se cavan pozos profundos, se bombea agua y se lo lleva a la superficie. Allí se lo mantiene en piletones, en una sopa de salmuera. El agua se evapora al sol y al litio ‘crudo’ se lo procesa después en una planta química.

En las últimas semanas se tomaron medidas fuertes. A tanto llegaban las ganancias de las exportadoras, con el alza en los precios internacionales, que el gobierno metió mano. Les eliminó los reintegros a las exportaciones de litio y derivados.

En buen romance, esto significó suprimir la devolución de impuestos. El beneficio elevaba la de por si robusta renta de las multinacionales. El Tesoro se ahorra 17,5 millones de dólares anuales.

Como era previsible, la Cámara de Empresarios Mineros de Argentina (CAEM) puso el grito en el cielo: “Quitar los reintegros modifica nuevamente las reglas de juego en el país e impacta directamente en la competitividad frente a otros países”.

La puja sigue abierta para definir quién se lleva la parte del león. Por ahora, los salares de Argentina, concesionados por las provincias, solo dejan un 3% al país por regalías.

En una columna firmada en Página/12, el senador del Frente de Todos (FdT) Oscar Parrilli puso el termómetro para medir la fiebre y avisó: "Argentina tiene los recursos que el mundo necesita pero ¿se lo vamos a regalar?".

Parrilli dijo que el descalabro era tal que entre 2015 y 2022 "perdimos 137 millones de dólares" y lo calificó de "una verdadera catástrofe".

"Hay que declararlo estratégico, como en Chile, Bolivia o México. Nadie ofrece tantos beneficios como Argentina”, advirtió a Buenos Aires/12 Bruno Fornillo, doctor en Ciencias Sociales por la UBA y en Geopolítica por la Universidad París VIII.

Fornillo lamentó que “en términos de renta, el litio se enmarca en el código de minería y a las provincias les queda sólo el 3% de las ventas en boca de mina y aún menos por la subfacturación de las empresas transnacionales”.

“En Chile, las empresas que extraen deben tributar el 40% al Estado. Sólo en el primer semestre de 2022, una sola compañía pagó 2.198 millones de dólares”, planteó el especialista, miembro del Grupo de Estudios de Geopolítica y Bienes Comunes de la UBA.

¿El Estado chileno se queda con la parte del león? No tanto, pero “aquí hay que renegociar sin falta las condiciones” de explotación, dijo Fornillo.

 

Made in argentina

 

Otro camino es el de la industrialización, palabra clave en el diccionario peronista. En Berisso, un bastión justicialista bonaerense, se puso en marcha un proyecto de fábrica de celdas y baterías.

Es una iniciativa de la  Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación e YTEC.

"¿De qué manera jugamos?. Tenemos el recurso y la tecnología para industrializarlo. Demostramos que podemos. Desde explotar la salmuera hasta transformar el carbonato de litio en celdas y baterías", sostuvo Salvarezza.

La diferencia entre vender carbonato de litio o fabricar baterías es parecida a aquella de venderle cuero a Inglaterra y después comprarle camperas hechas en Manchester.

Una batería de litio vale 100 veces más que el carbonato de litio ‘crudo’, según YTEC.

Es modesto el plan inicial de la berissense UniLib para producir baterías. Pero alguna vez el país perforó su primer pozo de petróleo de YPF. Es una piedra fundamental.

Las celdas para baterías de Berisso no son para meter preso a nadie. Son para albergar energía.

La fotografía de hoy muestra a una Argentina muy alta en el ranking. Es el cuarto exportador de carbonato de litio del mundo. Cuenta con la segunda reserva mundial, según la CAEM.

La CAEM relevó 19 millones de toneladas métricas de recursos de litio sin explotar. Es la gran torta de una fiesta a la que los gigantes económicos acuden con una gran cuchara en la mano.

 

Golpeando las puertas de la Puna

 

En la vanguardia de la carrera están las únicas dos empresas en operaciones que explotan el litio. Una es la norteamericana Livent y la otra una sociedad de la australiana Allkem con la japonesa Toyota y la provincia jujeña. Entre ambas exportan unas 40.000 toneladas anuales.

En dos años, el precio de la tonelada de carbonato saltó como un canguro, de 7.000 a 70.000 dólares, según el Foro de Especialistas de Litio (interuniversitario).

En este campeonato mundial de exportaciones litíferas, Argentina está cuarta después de Australia, China y Chile.

La idea es multiplicar por cinco las ventas externas y llevarlas a 200.000 toneladas anuales en 2025 o a 400.000 en 2030, según estimaciones de Salvarezza. Un sueño dorado, o mejor dicho plateado, por aquello de decirle "oro blanco" al litio.

Pero Salvarezza aclaró: “Argentina no puede mandar todo el carbonato al exterior porque necesita transformarlo aquí como motor de trabajo y crecimiento economico”.

El costo de producir una tonelada de carbonato de litio es de casi 5.000 dólares, pero el precio de mercado es de 70.000 dólares, según la CAEM.

 La otra cara de la moneda es que, como en toda minería, hay delicados aspectos ambientales. Por el método extractivo, faltaría agua para la gente y para el ganado, mientras la sopa de los piletones toma sol en los áridos desiertos de la Puna.

Cada tanto surgen quejas expresadas por representantes de los pueblos originarios puneños.

Mientras tanto, la exploradoras del desierto, hacen fila en los umbrales del litio. Hay compañías de Francia, China, Corea del Sur, Estados Unidos y otras potencias.

México dio un paso al frente. Observó que no le daba el cuero para explotar el litio sólo con fondos públicos y habilitó la inversión privada. Pero la explotación ya había sido nacionalizada por el Congreso.

El ministerio argentino de Desarrollo Productivo ha calculado exportaciones entre 2.000 y 3.500 millones de dólares hacia 2030.

Si la demanda del litio crecerá 42 veces, como espera la Agencia Internacional de Energía hacia 2040, “las multinacionales vinculadas a la electromovilidad necesiten asegurar el acceso al recurso”, dijo Fornillo.

En el norte tienen clara la veta: El Centro de Estudios Estratégicos Internacionales en Washington  recomendó “ir por el litio argentino, entre otras cosas, porque es el más desregulado”.

 

El que quiera litio, que pague


El Foro planteó en un documento que el metal debería ser declarado "recurso estratégico" y llamó a "crear una empresa pública real”.

Como, según la ley, las dueñas de las riquezas mineras son las provincias, se hace cuesta arriba cambiar una legislación que favorece el negocio privado.

“La posición del Foro la respeto. Está bien. Pero hay otras miradas como la de que es importante que industrialicemos. Necesitamos que un porcentaje de exportaciones quede para fabricar celdas y baterías acá”, señaló Salvarezza.

El director de YTEC reveló: “Nosotros vamos a explorar 20.000 hectáreas en Catamarca y la vemos a comprar a la provincia el litio para industrializarlo. Podríamos fijar que un 5% de la producción sea para industrializarla y subir la tasa a un 10% o 15% en 2025”.

Por ahora, el distrito que rompió la inercia fue La Rioja. Declaró estratégico al litio y suspendió las concesiones.

“Queremos que las empresas muestren inversiones reales”, dijo Ivana Guardia, secretaria de Minería de La Rioja

Guardia advirtió: “Había empresas que manifestaban que trabajaban pero los resultados no se daban, pedía zonas y las transferían para negocios inmobiliarios".

La fiebre no cede y la lucha por llevarse una buena tajada arde más que nunca.

 

 

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