jueves, 11 de junio de 2020

El amor al teatro vence al virus

por Daniel Merolla

publicado en internet por AFP


El amor al teatro en Argentina es más fuerte que el coronavirus y centenares de miles de confinadas personas, cada fin de semana, convierten sus casas en plateas íntimas para ver funciones virtuales.
A veces sus butacas caseras están a miles de kilómetros, en París, Londres, Madrid o Barcelona, tan lejos y tan cerca de las queridas salas teatrales, por ahora tristemente cerradas a causa de un aislamiento obligatorio que atenuó el impacto del COVID-19.

- ¿Es teatro o no? -


"Nos estamos reinventando. El amor al teatro sigue", apunta a la AFP el productor Jon Goransky, en charla telefónica, única posible en el encierro preventivo que abarca al 90% de argentinos.
Con sólo 37 años, Goransky ha producido más de 40 obras en los complejos La Plaza y Metropolitan, bastiones del arte escénico en Buenos Aires.
Más de un millón de espectadores vieron en 'laplazaonline.com.ar' la puesta argentina de "Los vecinos de arriba", del laureado catalán Cesc Gay. "¡Es un número inaudito!", pondera Goransky. Equivale a tres años a sala llena.
"No nos rendimos. ¿Es teatro cuando no hay artistas en vivo? Lo seguro es la gente ávida de consumos culturales", teoriza.
Otros 640.000 amantes teatreros vieron los monólogos de humor de "(+) Canchero" y la comedia dramática '"Filosofía de vida", del mexicano Juan Villoro, protagonizada por el ya fallecido Alfredo Alcón, figura cumbre de las tablas.
"Fue mágico el encuentro en 'El camarín virtual' de Villoro con el director, Javier Daulte", ex director del Teatro Villarroel de Barcelona, comenta el productor.

- Que el fuego no se apague -


"Por primera vez en la historia de la humanidad no hay ningún teatro abierto en el mundo", reflexiona Sebastián Blutrach (50 años), director del teatro El Picadero, instalado en un pintoresco pasaje en la frontera del 'On Corrientes', la avenida luminosa que nunca dormía y ahora luce desolada como un oscuro desierto.
"Vendemos boletos a futuro a gente que quiera volver al teatro cuando pase este desastre", sostiene Blutrach.
Mientras tanto hay vida en redes sociales. "Excelente! Que lindo ver teatro", escribe (IG/@marcelapmaldonado).
En otro posteo se lee: "Muy buena iniciativa para llevar mejor la cuarentena!" (FB/Paola Vales). Y uno original: "Ir al teatro en pijama un domingo a la mañana!" (IG/@verofotosok).
"Que la llama siga viva. Hay que sobrevivir", cuenta a la AFP un francés suelto en Buenos Aires, Maxime Seugé. O no tan suelto, porque es el productor de Timbre 4, legendaria sala del 'Off Corrientes', lejos del centro.
En el teatro fundado por el actor, autor y director Claudio Tolcachir le ganaron otra batalla al maldito coronavirus. "Llevamos 200.00 visualizaciones" en línea en www.timbre4.com, relata con acento parisino Seugé, exanalista financiero de 43 años que entró al mundo del teatro de la mano de quien es su esposa, la actriz argentina Tamara Kiper.
En el centro, a pasos del emblemático Obelisco y la sala lírica del Teatro Colón, el señorial Teatro Nacional Cervantes logró 200.000 visualizaciones de sus obras en un solo fin de semana en el portal de YouTube.
"El teatro es irremplazable. Pero hoy la tecnología nos da esta herramienta. Hasta que volvamos a levantar el telón, será la manera de estar con la gente", promete a la AFP su director, el educador Rubén D'Audia, de 53 años.
Todo la oferta teatral en línea es gratuita. Al final se puede contribuir a la Cruz Roja o 'la gorra' (a voluntad) para sostener las salas pequeñas. Por amor al arte.

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