martes, 22 de mayo de 2018


Sampaoli, el apasionado hombrecito que bajó de un árbol

por Daniel Merolla

(versión original de la publicada en internet para AFP)

Jorge Sampaoli es un tipo medio raro, excéntrico, transgresor e impredecible, pero más argentino que el dulce de leche. Un día bajó de un árbol e inició una carrera que lo ha llevado a ser el DT de Argentina en el Mundial de Rusia-2018.
Hace 23 años, 'Sampa' o `'El zurdo', como lo apodan, estaba sentado en una rama alta. Desde allí miraba el partido de sus dirigidos de Alumni, un equipo aficionado del pequeño pueblo de Arequito, Era un encuentro por la Liga de Casilda, su ciudad natal en la pampa húmeda (centro del país).
Lo habían echado en el partido anterior por protestar airadamente a un árbitro. No podía entrar a la cancha. "Era un loco, bah", decían los referís del pueblo. Lo expulsaban cada dos por tres.
"Al Zurdo  no le gusta perder ni a la bolita (las canicas). Yo estuve peleado 10 años con él a pesar de que somos concuñados", relata Mario Bonavera, quien fue su DT en Alumni. Sampaoli había colgado los botines a los 19 años por una lesión.
Como no había tribunas aquella tarde, gritaba indicaciones desde el árbol. Un fotógrafo del diario La Capital de Rosario, ciudad natal de Lionel Messi, capturó esa imagen que le cambió la vida al entrenador.
Un dirigente de Newell's vio la foto en el diario. Le encantó la pasión del 'loco del árbol'. Y le ofreció dirigir a Argentino de Rosario, una filial de la segunda división. Fue el salto al fútbol grande del hombrecillo calvo y gritón. Pero su fama llegó de afuera.
- Lo aburren los libros -
Condujo equipos en Perú, Chile y Ecuador. Fue DT ganador de títulos con Universidad de Chile y Emelec. La selección de Chile ganó con él su primer trofeo grande en la historia, la Copa América-2015. 
Dirigía a Sevilla de España en 2017 cuando lo fue a buscar desesperadamente la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) porque la albiceleste se quedaba afuera del Mundial. La AFA pagó 1,5 millón de euros por la desvinculación.
Se clasificó con un 3-1 a Ecuador, al borde del abismo, en la última fecha sudamericana. Tres goles de Messi obraron el milagro. 
Parecía ahora más centrado, pero confesó en su libro 'Mis latidos' que no puede leer más de dos páginas de un libro porque se aburre.
Sorprendió cuando dijo que odia planificar. Que es como ser un oficinista. Y para colmo se peleó con un policía de tránsito porque en su auto llevaba exceso de gente. Lo insultó y lo subestimó por ganar poco sueldo. Tuvo que pedir disculpas.
"El 'Zurdo' siempre estaba vestido de DT, caminaba acelerado, manejaba el auto como un loco", cuentan sus amigos. A los 58 años, parece un personaje de novela: de pronto racional, de pronto descontrolado.
Adora los tatuajes. En uno de sus brazos tiene tatuada una frase del fusilado guerrillero de la revolución cubana Ernesto 'Che' Guevara: "No se vive celebrando victorias, si no superando derrotas".
"Me hice un tatuaje de la bandera albiceleste cuando fui designado en la Selección. Simboliza que me estoy reencontrando con mi país", cuanta orgulloso.
Es un fan roquero. Cuando anunció la lista de 23 jugadores mostró una camiseta negra con la leyenda 'Oktubre', disco de su admirado Carlos 'El Indio' Solari, legendario músico de rock que arrastra multitudes de casi medio millón de personas en los recitales.
- Un revólver en la cabeza de Messi -
Era antes un seguidor del estilo del DT Marcelo 'El Loco' Bielsa, pero dice haber cambiado. "En este momento siento que me toca dirigir a Messi, el mejor jugador de la historia. Está por encima de las variables normales", elogió la sobrenatural capacidad goleadora y creadora de 'La Pulga'.
"La gran diferencia de Messi con el resto de las estrellas de la historia del fútbol del mundo es el amor por la pelota por encima de cualquier otra cosa", sostiene.
Su misión es la de lograr lo que no pudieron los otros DT del rosarino. Ni Néstor Pekerman en Alemania-2006, Diego Maradona en Sudáfrica-2010 o Alejandro Sabella en Brasil-2014. "El fútbol le debe un Mundial a Messi", argumenta.
Su idea es que Messi debe jugar como en FC Barcelona. Se queja de que le pongan "un revólver en la cabeza que se llama Copa del Mundo". "Si no la gana, le salta el disparo y lo mata. Es una locura que no pueda disfrutar de su talento", teoriza.
Sampaoli es pasional como los argentinos futboleros. Tan intenso es que hay una broma en el pequeño pueblo Los Molinos, donde trabajó en un banco. Le decían "Maradona" porque "nunca estaba en el banco". Estaba en alguna cancha.

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